Fecha Actual

35 años de esfuerzo: la vida de una madre en la avenida San José de CDE

Doña Adolfina Álvarez lleva 35 años en su puesto de frutas y verduras. Agradece a Dios por su bendecido trabajo.

En la bulliciosa Avda. San José de Ciudad del Este, se encuentra un pequeño puesto de frutas y verduras, testigo de la vida y el esfuerzo de una mujer extraordinaria: Doña Adolfina Álvarez. Hace 35 años ese rincón se ha convertido en un símbolo de perseverancia y dedicación. Con este trabajo mantiene a su familia con los recursos que logra colectar con fe y amor. Una de sus hijas realiza diálisis y además padece otras enfermedades crónicas.

Originaria de una familia trabajadora del campo, Doña Adolfina Álvarez nació en Villarrica y creció en Juan León Mallorquín, desde donde vino con todo su conocimiento sobre frutas y verduras. Llegó a Ciudad del Este hace 35 años y decidió acudir con un carrito de mano todos los días con sus productos en un sector de la Avda. San José. Ya tenía hijos y necesitaba generar recursos para sustentar a la familia. En aquel entonces, la ciudad aún estaba muy despoblada, recordó.

“Cuando me coloqué en los comienzos aquí, esto era un bosque y había poca gente aún. Pero sabíamos que era a Ciudad del Este que teníamos que venir, porque aquí había recursos económicos. En la avenida se estaban derribando los árboles, pedí que dejaran los que están aquí, ya que me servirían para estar con mis productos bajo la sombra. Y como los pobladores eran escasos, también solía recorrer para encontrarlos”.

Por muchos años se refugió en la sombra de los árboles junto con sus hijos, para luego armar  una precaria carpa. Por su gran esfuerzo diario conoció a muchas personas y también recibió ayuda para mejorar su estadía en el lugar. “Estaba bajo una carpa nomás, bien precario todo, no era fácil, vino un señor y me regaló para mi toldo. Luego apareció otra persona y me obsequió la casilla, fue una gran bendición poder mejorar nuestras condiciones”.

ROBOS CONTINUOS

Las personas de buen corazón fueron una bendición en su vida y justo a tiempo, teniendo en cuenta que no podía resguardar adecuadamente sus productos por lo que sufrió innúmeros robos.

“Muchísimas veces me robaron, porque yo dejaba mis productos debajo de la carpa, no había como asegurar. Era muy triste, llevaban los carritos de mano, las balanzas electrónicas, mercaderías, todo. Solo paró el robo cuando tuve mi casilla”.

Aquí con su nieto Nacho y su hija Isabel, por quien sigue luchando con inmenso amor, ya que realiza diálisis y padece otras enfermedades.

SU TRABAJO TAMBIÉN LE PERMITE AYUDAR

Siempre con una gran sonrisa y energía vibrante, logra conquistar a la clientela ofreciendo productos de calidad y atención cálida. En la comunidad ya es un rostro visible, imagen de trabajo sacrificado con mucha perseverancia.

La solidaridad es otro aspecto que la caracteriza. Asegura que mediante este trabajo nunca faltó lo necesario para su familia, tuvo 11 hijos, uno de ellos falleció (a los 14 días de nacido) y también le da la posibilidad de ayudar. “Nunca nos faltó, a Dios gracias, incluso me permite ayudar a otras familias, yo reparto mucho, es la abundancia del Creador, no la desperdiciamos”.

SU SECRETO: AMAR EL TRABAJO

A lo largo de los años, Doña Adolfina ha enfrentado numerosos desafíos, sin embargo, su pasión por el trabajo la han mantenido de pie. Para lograr superar obstáculos y alcanzar las metas propuestas, se debe amar el trabajo, es la base para mantenerse en lo que se emprende, garantizó.

“Hay que amar el trabajo, hay que tener resistencia, constancia. No se puede tener ganas un día sí, al otro no. Yo a las 3 de la madrugada me muevo para ir a traer las mercaderías y poder estar en mi puesto ya desde las 6h. Yo vengo en todo tiempo, con lluvia, tormenta, frío, calor, aquí siempre estoy, de lunes a lunes”.

El estado de los pies y piernas de Doña Adolfina también es preocupante, pero aún no tiene un diagnóstico.

PERJUICIO ECONÓMICO, MECÁNICO CONDENADO

El trabajo con la frutería y verduras demanda mucho esfuerzo y sacrificio. Colectar fondos se logra con inmensa dedicación, la familia lamenta haber sido perjudicados por un mecánico, del que fueron víctimas de estafa. Doña Adolfina relató que accedió a un préstamo para comprar un vehículo a su hijo. Luego el móvil ingresó a un taller donde le indicaron que se realizaría un trabajo que demandaría un presupuesto importante.

Madre e su hijo hicieron el esfuerzo y entregaron el monto solicitado por el mecánico, que transcurrido un considerable plazo, aun no entregaba el vehículo, hasta que desapareció. El hecho ocurrió en el 2018, la familia buscó justicia y tras 6 largos años, el mecánico Derlis Gabriel Ramírez Acosta fue condenado a 2 años con suspensión de la condena, es decir, no irá a la cárcel. En tanto, los afectados hasta ahora no lograron percibir valor alguno de lo que reclaman.

GRATITUD A MUCHAS PERSONAS

Su puesto no es solo un lugar de venta, sino también un punto de encuentro donde comparten historias, risas y consejos.  Doña Adolfina ha cultivado muchas amistades. Los que compraban, no sólo volvían por sus productos, sino por la calidez humana que ella irradia.

Agradece el apoyo incondicional de muchos clientes que se convirtieron en “familia”, ya que en los momentos más difíciles, especialmente por el tratamiento médico de su hija Isabel, quien padece enfermedades crónicas, estuvieron presentes. Doña Adolfina también tiene una preocupación por el estado de sus pies y piernas, que a simple vista presentan una gran inflamación. Ya hizo un chequeo, pero aún no cuenta con el diagnóstico.  Toda ayuda siempre es bienvenida y se puede realizar a través de su número (0975) 877-921.

“Mi hija Isabel, de 36 años, realiza diálisis, padece lupus, diabetes tipo 1 y otras enfermedades. Todo yo hago para que no le falte en su tratamiento, me puede faltar a mí, pero siempre mi hija estará en primer lugar. Agradezco a tantos clientes que estuvieron presentes cuando más necesitamos, yo nunca me voy a olvidar, están en mi corazón, gratitud hasta la eternidad”.

En su puesto de ventas hay diversidad de verduras y frutas, sopa, chipa guazú, tereré rupa, remedios refrescantes y otros.  “Tenemos de todo aquí. Y solo me voy a retirar cuando Dios diga basta, soy feliz en mi puesto. Soy una madre ejemplar, luchadora, trabajamos todos juntos con mis hijos”.

Hoy con 60 años, sigue trabajando con la misma pasión que la llevó a comenzar este camino. Su historia es un recordatorio de la fuerza y la determinación que se requieren para superar adversidades.

Compartir:

Artículos Relacionados

Scroll al inicio