Los colorados cada vez están más lejos de la unidad, de cara a las elecciones municipales del 2026. Mientras los abdistas tildan a los cartistas de perseguir a sus propios correligionarios, los segundos los responsabilizan de impulsar la división poniendo palos a la rueda en la gestión del presidente Santiago Peña. En tanto, dirigentes de base de las diferentes seccionales coloradas de Ciudad del Este, refieren que esta disputa interna, antes que unirlos, los divide cada vez más. Refieren que está situación desorienta a la mayoría de los operadores políticos, quienes afirman que el pase a carpas de Honor Colorado por parte de la mayoría de los presidentes de seccionales, solo contribuye a ahuyentar más la tan mentada unidad colorada, impulsada por las actuales autoridades de la ANR.
La división colorada, que quiere ser solapada por la principal dirigencia cartista, es bastante perjudicial, al punto de arriesgar la intención de volver a recuperar la administración municipal de Ciudad del Este. Este hecho alimenta la radicalización de los dirigentes de Fuerza Republicana, quienes sostienen que el cambio de carpas no garantiza la verdadera unidad, tal como lo quiere aparentar un sector del cartismo. Está misma situación se vive en las otras ciudades cabeceras del Alto Paraná, como Hernandarias, Minga Guazú y Presidente Franco.
La unidad colorada está siendo afectada por los intereses partidarios de los principales referentes de los dos movimientos internos más fuertes del Partido Colorado, quienes antes que apaciguar los ánimos de sus dirigentes, los incentivan a avivar la grieta existentes entre ambos sectores.
Los colorados tienen la intención de recuperar la intendencia de Ciudad del Este, conscientes de que desunidos no podrán llegar al objetivo, por lo que deberán hacer un pacto político, según refirieron varios dirigentes de base de ambos movimientos internos.