
El endeudamiento excesivo se está convirtiendo en una bomba de tiempo silenciosa en Paraguay, y los más afectados no son empresarios ni comerciantes, sino trabajadores del Estado. Entre ellos, los docentes encabezan la preocupante lista de sectores más comprometidos con deudas acumuladas, según alertó la presidenta de la Asociación de Bancos del Paraguay, y exministra de Industria y Comercio, en una entrevista exclusiva con el Diario Vanguardia.
La facilidad para acceder al crédito, sumada a la escasa educación financiera, está generando una realidad preocupante, pues, miles de asalariados del sector público viven con el sueldo comprometido antes de que llegue a sus cuentas.
“Muchas veces es una sola persona la que lleva el ingreso al hogar, pero la que consume es toda la familia. Esto genera una dinámica insostenible, donde el sueldo no alcanza y se recurre constantemente al crédito como salvavidas”, advirtió la titular de la Asoban.
Según la referente del sistema bancario nacional, esta situación impacta en la economía familiar y en el historial crediticio de los trabajadores, un aspecto que muchos aún no comprenden en su verdadera dimensión. “Por no pagar una cuota de celular, muchos jóvenes arrastran una mancha que los saca del sistema formal. Incluso les niega oportunidades laborales”, enfatizó.

CÍRCULO VICIOSO DE DEUDA Y CONSUMO
El fenómeno no es exclusivo del sector docente, pero sí se presenta con mayor fuerza en ese conglomerado, seguido por otros segmentos de la función pública. La tendencia revela la falta de planificación financiera en quienes deberían tener mayor estabilidad.
En muchos casos, los trabajadores públicos acceden a préstamos, compras en cuotas y tarjetas de crédito sin una correcta evaluación de su capacidad de pago. Esto genera un ciclo en el que una deuda arrastra a otra, alimentando una espiral que termina afectando la salud financiera de todo el núcleo familiar.
“Los productos financieros no son el problema en sí. El problema es no saber usarlos. El crédito puede ser una herramienta poderosa si se lo maneja con responsabilidad, pero si no hay control, se convierte en una trampa”, explicó la expresidenta del MIC.
HISTORIAL QUE PERSIGUE
La ex ministra insistió en la poca conciencia sobre el historial crediticio. “La gente no sabe que cada movimiento en el sistema formal es observado. Las entidades financieras evalúan el comportamiento de pago y, si ese comportamiento es negativo, se limitan las posibilidades de acceder a mejores créditos, o incluso a un empleo en el sector formal”, señaló.
Además, hizo hincapié en que muchas personas optan por salir del sistema bancario, cayendo en manos de prestamistas informales o usureros. “Cuando el banco ya no te presta, el mercado informal te cobra el triple. Y así, el círculo se vuelve aún más peligroso”, finalizó.