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Amor propio: base para una actitud más positiva y relaciones saludables

 

“Hay que tener un romance, siempre. Y el mejor romance es consigo mismo”, Lic. Bernardo Brizuela, psicólogo clínico y docente.

Se habla mucho del amor propio, pero realmente de qué se trata. De manera sencilla, se puede definir como el sentimiento de aprecio, de respeto y de valor que se tiene sobre sí mismo. Tener amor propio es fundamental para una convivencia armónica, primero consigo mismo y luego con todo el entorno, lo que permite una exitosa vida personal y laboral.

A través del amor propio, del valor y cariño que nos damos, podemos fortalecer nuestra autoestima, nuestra confianza y seguridad. En ese contexto, es importante entender que, para amar a otras personas, uno debe amarse a sí mismo primero. Sin embargo, en muchas ocasiones, no nos colocamos en el orden de prioridades, explica el Lic. Bernardo Brizuela, psicólogo clínico y docente.

“Muchas veces amamos a otros, dedicamos tiempo a otros, dedicamos nuestra vida a otros, pero nos olvidamos de amarnos, de cuidarnos y darnos ese tiempo a nosotros mismos. Y damos mucho amor, damos de más, está bien dar, pero no hay que olvidar recargarse también con amor propio, porque cuando estás solo, por más que das amor, pero no te diste a vos, te sentirás con un vacío”.

Se debe tener especial cuidado en la infancia y la adolescencia, etapas donde se va construyendo el amor propio. Es decir, el entorno familiar y social es fundamental para marcar las pautas en este proceso, indicó.

¿Cómo hacerlo?, tratando a los niños y adolescentes con lindas palabras, valorizando su esfuerzo, guiándolo, mostrándole el camino, haciéndole ver lo bueno, lo malo, las consecuencias de sus actos. Se trabaja y se fortalece su amor propio desde la infancia”.

 

El amor propio debe ser cultivado desde la infancia.

EN LA EDAD DE ADULTA, SE TRABAJA PARA SANAR

En la edad adulta, muchas veces se llega sin haber desarrollado el amor propio y la persona debe admitir esa condición para poder trabajar y cultivarlo. “Venimos de experiencias negativas, de conflictos, de subestimaciones, por eso es importante trabajarlo. Se ve la forma de sanar las decepciones, heridas emocionales, los traumas, desde el plano mental, emocional y espiritual”.

La persona sin amor propio, se encuentra frustrada y herida. En ocasiones busca soluciones a la problemática con situaciones externas, pero la sanidad está en el interior de cada uno. “Debe mentalizarse, repetir para sí, ‘yo sé lo que valgo, yo sé lo que quiero y tengo un propósito en la vida’. Preguntarse ‘para qué nací, en qué soy bueno, en qué quiero ayudar a la gente’. Cuando defina eso, alimentará su amor propio, porque se sentirá bien, útil y valorada”.

PROCESO DEL AMOR PROPIO

El proceso de amor propio es un viaje personal de autoconocimiento, aceptación y cuidado personal. Aceptar las fortalezas y debilidades, aprender a valorarse:

El autoconocimiento: orienta a explorar y entender los pensamientos, valores y necesidades. “Entender los pensamientos y emociones, entender cómo los canalizo, cómo los expreso; también mi comportamiento, cómo yo actúo, cómo yo afronto, cómo salgo de esta situación”.

Autoaceptación: aceptar las fortalezas, debilidades y errores. “Sin juzgarse”.

Autocompasión: Tratarse con amabilidad y comprensión. “En especial en momentos de vulnerabilidad o cuando cometemos errores”.

Tener un romance consigo mismo: Priorizar el bienestar físico, emocional y mental, a través de hábitos saludables. “El mejor romance es el que tenemos con nosotros mismos, cómo nos tratamos, nos amamos, nos cuidamos, ser cariñosos con nosotros mismos”.

La práctica de la gratitud: Un gran aliado en este proceso. “Hay muchas cosas en nuestro cotidiano para agradecer, hay cosas maravillosas que tenemos pero que no las estamos viendo. Tengo que ver y agradecer; agradecer porque tengo familia, casa, auto, trabajo”.

AMOR PROPIO Y RELACIONES

El amor propio es también un indicador crucial en la forma en que expresamos amor y aceptamos amor de los demás. Y esto se aplica para todo tipo de relaciones, sean amistades, laborales o de pareja.

“La forma que amamos, es la misma que permitimos que hagan los demás con nosotros. Te vas a amar de tal manera, que vas a ser digna de amor. Muchas veces uno no se ama y atrae solo amores negativos, gente que daña, que alimenta el dolor y sufrimiento. Pero cuando yo me amo, atraeré el amor que merezco”.

El profesional enfatizó que la relación más importante, es la que se tiene con uno mismo y a partir de allí todo fluye mejor. “Aprender a quererse, aprender a ser mejor persona y en consecuencia, se llega a querer mejor a otras, pero para eso, mi primera buena relación debe ser conmigo. Sin embargo, muchas veces no tenemos esa buena relación porque no hemos aprendido en la infancia, en la adolescencia. No nos han reconocido, no nos han dado nuestro lugar, nuestro espacio, pasamos por problemas familiares. Llegamos descompuestos, heridos, hiriendo a otros o queriendo que otros nos sanen. Pero nosotros debemos sanar y luego expandirnos”.

En resumen, el amor propio es un proceso continuo, requiere dedicación y práctica y redunda en múltiples beneficios, ya que mejora la comunicación, la empatía, reduce la ansiedad, el estrés y fomenta una actitud más positiva en la vida.

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