El hecho se produjo ayer en horas de la tarde en el patio trasero de la Dirección de Policía del Alto Paraná, cuando un añoso y enorme árbol se vino abajo, destruyendo dos automóviles estacionados, propiedad de los uniformados. El árbol cedió en toda su estructura y estaba a pocos metros de la muralla de la Penitenciaría Regional.
Un Toyota Sprinter, que pertenece a un agente policial del área de informática y un automóvil BMW, del ayudante de la jefatura de Prevención y Seguridad, fueron destruidos por el peso y tamaño del árbol que cayó sobre los mismos. Felizmente, nadie estaba en el interior de los rodados ni en los alrededores, de lo contrario se tendrían consecuencias mucho más lamentables.
Son varios los árboles añejos en el predio de la sede policial y este no es el primer caso que uno y destruye rodados, techos u otras construcciones. Muchas plantas en el lugar son desde la época de la fundación de la ciudad, dejadas por los primeros pobladores o cultivadas por los soldados en la época de la Delegación de Gobierno.
