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Avidez por aprender frenada por la persistente precariedad

El inicio del año escolar en las escuelas públicas del Paraguay marca, una vez más, el retorno de miles de niños y adolescentes a las aulas en busca de formación y oportunidades.  Y puntualmente en las instituciones del departamento de Alto Paraná, este reinicio de las tareas académicas vuelve a poner en evidencia los desafíos que enfrenta la educación en la región.

Esa avidez por aprender de los menores, motivada por la consciencia de los padres de la importancia de la educación, contrasta con problemas que año tras año persisten: infraestructura deficiente, falta de recursos didácticos, carencia de tecnología,  condiciones laborales inadecuadas para los docentes y gestión deficiente de autoridades.

El departamento, siendo uno de los puntos más dinámicos económicamente del país, aún enfrenta deficiencias notorias en la infraestructura escolar. Muchas instituciones carecen de aulas en condiciones dignas, baños adecuados y mobiliario suficiente. ¿Cómo sobresalir en un contexto de falta de acceso a herramientas tecnológicas y libros actualizados afecta el proceso de enseñanza y aprendizaje?

Se sigue dejando a los estudiantes en desventaja en comparación con otras regiones mejor equipadas. El interior de la República es un clásico ejemplo de la injusta distribución de la riqueza.

El trabajo docente es fundamental para una mejor educación, pero en Alto Paraná, así como en otros puntos cardinales del país, educadores enfrentan dificultades como bajos salarios, la falta de formación continua y la sobrecarga de alumnos por aula. Mejorar las condiciones laborales y la capacitación real de los docentes es de alta relevancia para aspirar a una enseñanza de calidad y ajustada a los nuevos desafíos del mundo actual.

Sin una real inversión material, no existirá avance alguno, pues las expresiones de deseo no transforman nada. Urge que los gobiernos municipales, departamentales y el gobierno nacional trabajen en conjunto para asignar recursos suficientes y garantizar una educación moderna, integral y accesible para todos los niños y jóvenes. Que sea prioridad efectiva.

Una incorrecta gestión del Ministerio de Educación y de sus dependencias departamentales, hace que los pocos recursos sean incorrectamente designados, que componentes de recursos humanos incompetentes e inmorales tengan impunidad,  por lo que igualmente, sacudir las coordinaciones departamentales a que sean una instancia positiva para el rubro, antes que limitante, obsecuente, inoperante y politiquera, será de ayuda para encaminar a la educación a una mejoría sustancial.

El mercado laboral actual demanda ciudadanos con habilidades tecnológicas, pensamiento crítico y capacidad de innovación. La formación de los educandos debe adecuarse a estas exigencias con planes de estudio actualizados, el fortalecimiento de la educación técnica y la promoción de competencias digitales desde la escuela primaria. Proponer desde legislativos cortar con la tecnología es de trogloditas, es de gente que vive de contramano y desea que su ignorancia sea obligadamente compartida por el resto. Es la única manera de que gorilas sigan siendo diputados y senadores.

En un país serio, con referentes que en verdad desean dejar un legado de bien, debería ser extremadamente preocupante que, antes que cerrar cárceles se estén cerrando colegios y escuelas por falta de cantidades mínimas de alumnos.

Cada inicio de clases es una oportunidad para reflexionar sobre la urgencia de mejorar la educación en el departamento, pero fundamentalmente ir a las acciones que concreten inversión real y sostenida.

No existe otra receta para el progreso, y el bienestar de las familias paraguayas. La educación debe ser una prioridad en la agenda de las autoridades.

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