Una vez más el grupo de danzas “Minguero Haicha” se quejó de la actitud mezquina y caprichosa del intendente Clementino Portillo, quien hace caso omiso al pedido de uso del salón municipal de Minga Porá para las prácticas del grupo. Hace algunos meses, el concejal Richard Sosa había presentado el pedido, pero el jefe comunal pasó por alto.
Para los artistas y la comunidad de Minga Porã, es un capricho o un revanchismo político del jefe comunal con sus adversarios políticos, donde el grupo de danzas es una víctima colateral, pese a que Portillo se comprometió con los jóvenes en autorizar el uso de la dependencia para que realicen sus prácticas.
La falta de respuesta del jefe comunal ha generado sospecha de que se trata de una persecución política, cuando que los integrantes del elenco son jóvenes destacados que realizan todo el esfuerzo para fomentar el arte y la cultura y dejar en alto el nombre del distrito en las diversas presentaciones y concursos donde participan.