Un verdadero atentado contra el medio ambiente es lo que se vive en la zona limítrofe entre Pdte. Franco y Ciudad del Este, donde propios y extraños arrojan residuos de todo tipo e incluso proceden a la quema de basuras, causando serios daños al ambiente y poniendo en riesgo la salud de las personas. Los vecinos del barrio Remasito claman por acciones de las instituciones pertinentes que den una solución definitiva y no “parches”, que duran un cierto tiempo para luego volver al desastre que esto implica.
Si bien las imágenes hablan por sí solas, es importante indicar que algunos vecinos preocupados decidieron hacer pública la situación, asegurando que la mayor parte de las personas que arrojan sus basuras en el lugar son ajenas al barrio. Agregaron que incluso hay indigentes y drogadictos que se refugian bajo el puente que une a CDE con Pdte. Franco.
La zona está ubicada a metros de la capilla San Juan del barrio Remansito, en inmediaciones del atracadero, y se constituye en un riesgo para la salud de los moradores del lugar, en especial de los niños y mayores de avanzada edad.
Los afectados por esta situación indican que ya realizaron las quejas y denuncias pertinentes en la Municipalidad de CDE, pero hasta la fecha no han tenido respuesta favorable. Si bien el puente une a los municipios de Pdte. Franco y Ciudad del Este, el área en peor estado es la ubicada en el barrio mencionado.
Hasta ese lugar llegan las personas que se dedican a la venta de productos para reciclaje, como vidrios, plásticos y todo tipo de materiales, descartando los residuos que no sirven para la venta, dejando tirados en la zona, acumulando diariamente una considerable cantidad de basuras. Así también, los conocidos como “carriteros”, usan el lugar como un vertedero, tirando todo tipo de basuras, incluso animales muertos que expiden un olor nauseabundo y convierten el área en un peligro para la salud.
Como si todo esto fuera poco, el lugar también es utilizado como guarida o refugio de adictos y pirañitas, quienes llegan hasta el lugar buscando objetos que puedan vender por cualquier monto que les sirva para adquirir drogas.
Los vecinos claman por una medida extrema, que no se limite sólo a jornadas de limpieza, sino que incluyan mecanismos que eviten que con el tiempo se vuelvan a arrojar basuras en el lugar, así como la prohibición y aplicación de multas para quienes lo hacen.