La pequeña Milagros nació la semana pasada en un parto por cesárea, luego de un desprendimiento de placenta. Cuando tenía 25 semanas y 5 días de gestación, fue intervenida quirúrgicamente dentro del útero de su madre, debido a una malformación congénita en la columna vertebral. Los médicos y los familiares están sorprendidos por la excelente evolución de la pequeña, quien mueve las piernas y los piecitos, además de no presentar ninguna complicación.
En febrero pasado, un equipo multidisciplinario de médicos realizó la corrección de la columna vertebral de la beba mientras aún estaba en el vientre materno, con el objetivo de evitar que tenga dificultades motrices y neurológicas. El caso es conocido como Mielomeningocele y la cirugía se dio al tope del tiempo previsto, mediante una incisión en el útero, para acceder al feto y realizar las correcciones necesarias. La evolución postoperatoria fue excelente.
La pequeña Milagros permaneció más de nueve semanas en el útero tras la intervención, algo clave para su desarrollo. El nacimiento, si bien se produjo por cesárea de urgencia debido a un desprendimiento placentario, se resolvió sin complicaciones. Desde sus primeras horas, la niña mostró movilidad activa en miembros inferiores y no presentó signos de hidrocefalia, uno de los riesgos frecuentes en esta patología.
El caso de Milagro representa un avance trascendental en el desarrollo de la medicina fetal en Paraguay, especialmente en el ámbito público, no solo por la complejidad del procedimiento, sino también por su impacto humano.
“La cirugía fetal es una herramienta poderosa que puede cambiar completamente el pronóstico de un niño y hacerlo en el ámbito público, con un equipo comprometido y recursos nacionales, es aún más significativo. Ver a esa niña mover sus piecitos después de todo lo que implicó esta cirugía es un momento que no se olvida”, explicó el Dr. Cristhian Sosa, uno de los que lideró el procedimiento el mes pasado.
El profesional añadió que desde el momento que nació la beba, mostró movilidad espontánea de los miembros, que fue un indicio que la cirugía intrauterina cumplió con su objetivo principal que es preservar la función neurológica.
ALTO POSICIONAMIENTO
La intervención fue realizada en el Hospital Regional de Ciudad del Este y, además del Dr. Sosa, quien es perinatólogo y cirujano fetal; estuvieron el Dr. Marcelo Rivas, neurocirujano pediatra; junto con un equipo interdisciplinario que incluyó anestesistas, obstetras, neonatólogos y enfermería especializada.
Esto permitió que el centro asistencial de cabecera del Alto Paraná, se posicione como uno de los pocos centros que realiza este tipo de intervenciones en el ámbito público, pues casos como el de Milagros son una muestra clara de lo que se puede lograr cuando se combinan ciencia, vocación y compromiso, de acuerdo a lo explicado por los médicos involucrados.
Este tipo de cirugías tiene un costo aproximado de G. 300 millones a nivel local, pero el monto puede duplicarse. Los gastos fueron salvados en parte por el Ministerio de Salud y la fundación FetosurPy, así como médicos particulares que proveyeron los costosos insumos requeridos, ya que la familia no tenía condiciones siquiera de comprar uno de los medicamentos necesarios que tenía un costo de G. 8 millones.
La pequeña sigue bajo observación médica en el Hospital Regional y debe recibir el alta dentro de algunos días. Su familia es oriunda del distrito de Itakyry. Al recibir el diagnóstico, los padres se resignaron a recibir a su primer hijo con lesiones motoras o neurológicas, porque tenían condiciones de costear la cirugía.
