La presencia de menores en las calles y semáforos de Presidente Franco sigue siendo un problema social sin resolverse, por lo que a través del Consejo Distrital de la Niñez y Adolescencia se concretó un encuentro con los líderes indígenas de siete comunidades, a fin de articular acciones que contribuyan a terminar con la explotación y la mendicidad infantil. Se conformó una mesa de trabajo involucrando a diversas instituciones, siendo el INDI el gran ausente, ya que una vez más no respondió al pedido de asistencia.
Para la Codeni, el encuentro significó un paso importante en la lucha contra la mendicidad infantil, ya que siete de los ocho líderes indígenas de las comunidades de la zona asistieron al encuentro, comprometiéndose a trabajar para evitar que niños y adolescentes sigan llegando a las zonas urbanas para mendigar, caer en el trabajo infantil y en algunos casos incluso robar y prostituirse.
La abogada Balbina Almada, directora de la Codeni, indicó que existe una gran preocupación por esta realidad, que no es de hoy, y que la idea es terminar con la problemática de una vez. “Una de las acciones inmediatas será visitar cada comunidad a fin de identificar a las familias en situación de vulnerabilidad y que realizan estas prácticas. Lo que buscamos con esto es evitar que ellos lleguen a las calles o si ya lo están haciendo frenar con estas prácticas, para que no se expongan a una infinidad de peligros, porque esto es grave, están expuestos a ser atropellados, a maltratos, o incluso de ser víctimas de trata de personas”, indicó.
Durante la reunión, los líderes nativos afirmaron conocer a las familias que realizan estas prácticas y que por lo general son las compuestas por madres solteras que tienen varios hijos. “Una vez identificados, la idea es asistirles gestionando el ingreso a los programas del Estado destinados a la ayuda social, como Tekoporâ, más aun considerando que tienen cierta preferencia y todo les lleva menos tiempo”, explicó Almada, señalando que el principal obstáculo para estas gestiones es la falta de documentación de los mismos, ya que la gran mayoría carece de cédula de identidad.
En ese marco, una de las primeras acciones será proveerles de documentos, para lo cual son involucrados la Defensoría Pública y el Registro Civil. “Todo el problema se inicia ahí, porque no figuran en ninguna parte, eso complica todas las gestiones para incluirles en los programas, es decir, legalmente no existen”, acotó.
Las ocho comunidades indígenas que pertenecen al municipio de Pdte. Franco albergan alrededor de 180 familias, que serían alrededor de 750 personas, entre niños, jóvenes y adultos. Las cifras de menores que llegan hasta la zona céntrica del municipio, recién se conocerá después del trabajo que realizarán in situ, encabezado por los líderes de cada comunidad. “Los líderes conocen a las familias que llegan hasta las zonas céntricas y serán quienes se encarguen de levantar estos datos, ya que con nosotros son muy reacios y muchas veces no podemos siquiera acercarnos para dialogar, lo que nos impide identificarlos”, dijo Almada.
Muchas veces los nativos son identificados a través de fotos que son enviadas a la Codeni. “Es complicada la comunicación con ellos, porque creo que tienen miedo a que se les saque sus hijos, no responden las preguntas que les hacemos cuando podemos acercarnos o simplemente nos mienten, por eso, esta parte será realizada por los caciques”, resaltó.
Finalmente, Almada indicó que estos nativos raramente llegan hasta CDE y los que se encuentran en la calle de esta ciudad provienen mayormente de Ñacunday y Caazapá.
El encuentro contó con la presencia representantes de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, el Ministerio de la Niñez y Adolescencia, la Policía Nacional, la Codeni y siete líderes de comunidades indígenas de la localidad de Península y alrededores, además del intendente local.