Una de las zonas considerada roja en Ciudad del Este es el populoso barrio San Rafael, que se convirtió en uno de los sitios más inseguros de la región en los últimos tiempos. Sus pasillos y escalinatas están manejados por peligrosas gavillas. La propia Policía Nacional casi nunca ingresa al lugar por temor a enfrentarse con peligrosos delincuentes. Los bandidos operan por sectores y en diferentes modalidades, desde asaltos menores hasta tráfico de armas, drogas y contrabando. Se estima que unas 30.000 personas residen en la zona y que al menos el 20% de los habitantes están involucrados en alguna actividad ilícita.
Para conductores de plataformas y entregadores el barrio es un verdadero infierno en horas de la noche, debido a que frecuentemente son asaltados por falsos clientes que utilizan las aplicaciones para tenderles una trampa. En algunas ocasiones se hacen pasar por mujeres para seducir a los hombres y concretar supuestas citas románticas. Los citados modus operandi ya dejaron un centenar de víctimas, pero hasta el momento los delincuentes no fueron detenidos a pesar de estar identificados.
Ayer a la mañana la Policía Nacional, por segunda vez en la semana, incursionó en el barrio para realizar un control de personas y vehículos. Llamativamente, a pesar de ser un nido de marginales, ningún sospechoso fue detenido. El barrio se maneja al más puro estilo de las favelas brasileñas y los poderosos criminales cuentan con “campanas” que se encargan de alertar cuando hay cualquier movimiento de los organismos de seguridad. Las gavillas o grupos delictivos utilizan el Whatsapp para controlar el vecindario, según algunos pobladores.
El barrio también cuenta con puertos clandestinos utilizados por contrabandistas y traficantes para cruzar el río Paraná con destino a territorio brasileño. En la zona circulan grandes cantidades de armas y drogas, principalmente, que generalmente son para las grandes facciones criminales del vecino país.
Por otro lado, miles pobladores salen del sitio para trabajar de manera formal en la zona céntrica, dejando en claro que no todos los pobladores están involucrados en la ilegalidad y la delincuencia. Los vecinos se mostraron emocionados al momento de la llegada de Policía Nacional. Una mujer agradeció el operativo, manifestando que no todos son delincuentes y que son solo unos cuantos quienes ensucian el buen nombre del barrio. Agregó que con la presencia policial por lo menos pueden salir y dormir tranquilos.
