La falta de iluminación en las principales vías de Ciudad del Este, principalmente en aquellos tramos que conectan con otras ciudades, sigue siendo uno de los principales problemas urbanos de la zona. Si bien la Ande realiza periódicamente el mantenimiento de las mismas, al poco tiempo la oscuridad vuelve a reinar, así como el peligro que eso implica para los conductores que utilizan las vías en cuestión.
El fin de semana se vio marcado por inúmeros accidentes de tránsito ocurridos en las principales avenidas de la ciudad, siendo el más aparatoso el ocurrido sobre la ruta PY 07, en inmediaciones del Puente Cavalcanti, involucrando a tres vehículos que quedaron completamente inservibles.
Los vecinos del lugar indicaron que la zona en cuestión se encuentra sumida en la oscuridad y que a pesar de la existencia de semáforos, la vista se dificulta de sobremanera, atendiendo que prácticamente todos los alumbrados públicos se encuentran descompuestos.
Esto se da en una zona bastante concurrida, iniciando en la zona del km 4 de CDE y se extiende hasta el municipio de Hernandarias. Sólo en algunos tramos existen algunos alumbrados funcionando, pero en los casi 14 kilómetros que conducen a una de las hidroeléctricas más grandes el mundo, la oscuridad es la que reina.
Si bien la Ande procede a la reparación de los alumbrados, al poco tiempo los mismos son extraídos por rateros o adictos, para luego comercializarlos en el mercado negro.
En mayo pasado un grupo de ciudadanos se manifestó en reiteradas ocasiones, exigiendo la reparación de los alumbrados públicos de la ruta PY 07 y principales calles de Hernandarias. Así también, la Junta Municipal de dicho municipio declaró de “emergencia” la situación, solicitando intervención de la Administración Nacional de Energía en la zona, con la reparación de los alumbrados públicos, instalación de nuevos puntos de iluminación, además del control de los materiales utilizados por las empresas tercerizadas.
Los moradores llegaron al colmo de realizar una pancheada para recaudar fondos para comprar focos y otros elementos para reparar los alumbrados públicos. Pese a todas las acciones, cuatro meses después todo sigue igual, ya que no se han dado cambios considerados en ninguno de los municipios mencionados y el riesgo sigue tan latente como hace meses atrás.
Entre los pedidos presentados hace más de cuatro meses, se encuentran la realización de una “minga de reparación” en los barrios, con los alumbrados públicos descompuestos y la instalación de otros nuevos, ya que los existentes no abastecen y sólo brindan iluminación tenue que no representa seguridad.
Desde la Ande habían indicado que si bien existe voluntad y cuadrillas que puedan hacer trabajo, no hay presupuesto para el efecto. Hernandarias sólo recibe G. 700 millones anual, un monto insignificante para una ciudad que representa a la energía, albergando a una de las mayores hidroeléctricas del mundo.
Mientras el Gobierno Nacional sigue sin actuar, los ciudadanos deberán seguir con avenidas y trayectos a oscuras, poniendo en riesgo su seguridad y la propia vida.