La ruta PY02, en su tramo urbano de Ciudad del Este, enfrenta una situación insostenible. Largas filas de camiones de gran porte que esperan cruzar la frontera hacia Brasil, generan caos vehicular y ponen en peligro a los conductores que transitan por la zona. El problema se ha agravado al punto que incluso el multiviaducto del Km 7 ha sido invadido por estos vehículos, obstruyendo el tránsito en un área crítica, lo que puede acarrear accidentes graves.
La raíz del problema radica en la descoordinación entre los puertos privados, donde se libera a los camiones, y los exhaustivos controles implementados por las autoridades brasileñas. A esto se suma la falta de acción por parte de la Patrulla Caminera, liderada por el inspector mayor Ramón Torres, cuya gestión ha sido duramente cuestionada. Vecinos, conductores y concejales municipales denuncian la inoperancia de este organismo, señalándolo como uno de los principales responsables de la crisis.
La doble fila de camiones ocupa no solo el carril correspondiente, sino también un segundo carril, dejando a los vehículos más pequeños con pocas opciones para circular de manera segura. Durante la noche y en condiciones de baja visibilidad, la situación se torna aún más peligrosa, aumentando el riesgo de accidentes.
El problema no solo es logístico, sino también de infraestructura. Los puertos secos y otros centros logísticos no tienen la capacidad para manejar el volumen de camiones que cruzan mensualmente el Puente de la Amistad, estimado en 15.000 unidades. Esto ha provocado un embotellamiento constante que se extiende desde la pasarela internacional hasta la ruta PY02.
Las críticas no han tardado en llegar. Vecinos y conductores afectados exigen soluciones inmediatas, mientras que los concejales municipales han llevado el tema a la Junta Municipal de Ciudad del Este. Durante una reciente sesión, algunos ediles advirtieron que, si el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones y la Patrulla Caminera no toman cartas en el asunto, podrían plantear acciones judiciales para buscar una inconstitucionalidad que permita retirar a la Caminera de la ruta.
“Me apena que un brazo ejecutor del orden no esté cumpliendo con su trabajo. Por supuesto, los camioneros van a reclamar porque tendrán que pagar por estacionamiento en las aduanas, pero ¿qué vale más, que ellos ahorren en estacionamiento o las vidas que ya se han perdido debido a esta situación?”, cuestionó un concejal esteño.
La falta de controles efectivos no solo perpetúa el caos, sino que también ha sido responsable de múltiples accidentes, algunos de ellos fatales. La inoperancia de la Patrulla Caminera y su actual gestión han quedado en evidencia, con el inspector mayor Ramón Torres en el centro de las críticas. Desde su llegada al cargo hace un año, no ha implementado medidas efectivas para aliviar la crisis, lo que ha llevado a vecinos y autoridades a exigir su remoción. Eso sí, Torres estuvo envuelto en varias polémicas, como hace un tiempo atrás, cuando quiso prohibir a los bomberos voluntarios de Minga Guazú a realizar colectas sobre la ruta, situación muy criticada. No obstante, el jefe de la Caminera aparentemente contaría con la “confianza” del director general de la institución, Inspector General Eutacio Ignacio González, por lo que es considerado un “inamovible” en el cargo.
La situación crítica de los camiones estacionados en ruta requiere una intervención urgente y coordinada entre las autoridades paraguayas y brasileñas, además de la implementación de infraestructura adecuada que permita gestionar el creciente tránsito de camiones. Mientras tanto, los ciudadanos de Ciudad del Este continúan enfrentando los riesgos y el caos de una ruta que parece haber sido abandonada por quienes deberían velar por su seguridad.