
Tras divulgarse la escueta lista de los balnearios y centros recreativos habilitados en el Alto Paraná, que ni siquiera llega a la veintena, una nueva situación se presenta, pero esta vez con las granjas y casa quintas que han sido tendencia en los últimos años. Este estilo de ofertas abunda principalmente en las redes sociales, donde se encuentran ofertas para todos los bolsillos y gustos, a lo largo y ancho del departamento, no obstante, también deben cumplir con las normativas vigentes.
Si bien muchos de estos lugares resultan ser una opción válida para eventos sociales, encuentros familiares, de amigos, confraternización, despedidas de grados o del trabajo, e incluso un “alivio” para las familias que no cuentan con piscinas, las mismas también deben adaptarse a los requisitos establecidos en las normas y leyes de impacto ambiental.
El Ing. David Fariña, director general de Protección y Conservación de los Recursos Hídricos del Mades, comentó que todos los propietarios, entiéndase instituciones, asociaciones, empresas o personas individuales, deben adecuarse a la ley de evaluación ambiental. “Es un requisito obligatorio para todo ciudadano que va a emprender una actividad o proyecto como estación de servicio, lavadero, balnearios, playas, depósitos, motel, supermercados, casinos, salón de eventos, discotecas, shoppings, quintas y otros, donde haya cierta cantidad y concurrencia de personas”, explicó.
Indicó que la resolución Nº 159 del Ministerio del Medio Ambiente, que data del año 2005, sigue en vigencia. En ella se establecen los requisitos para la habilitación por parte de las municipalidades, de las playas, balnearios, piletas y centros acuáticos, siendo el requerimiento principal el estudio de impacto o licencia ambiental, así como también la señalética sobre el peligro en el agua, como la profundidad o intensidad de la corriente, seguridad de las personas, sistemas de higiene y eliminación de residuos, entre otros.
En todo el territorio nacional, son apenas 100 los establecimientos y locales que cuentan con el estudio de impacto ambiental o habilitación ambiental por parte del Mades, lo que evidencia una total falta de interés por parte de las municipalidades para ejercer un control permanente y eficiente. Estos números no se limitan a los lugares destinados exclusivamente a actividades veraniegas, lo que agrava aún más la situación, atendiendo que sólo en Ciudad del Este, prácticamente cada barrio cuenta con su “propio” balneario, donde cada fin de semana centenares de personas de todas las edades recurren para aplacar el intenso calor, en aguas cuya calidad evidentemente no es de las mejores.