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Chile recibió USD 5,1 millones del Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCPF) (i) del Banco Mundial por reducir 1,03 millones de toneladas de emisiones de carbono producto de la deforestación y la degradación forestal (REDD+).
Se trata del primer desembolso en el marco del acuerdo de pago por reducciones de emisiones (ERPA) celebrado entre Chile y el FCPF, que proporciona acceso hasta USD 26 millones por reducir 5,2 millones de toneladas de emisiones.
A este hito se llega tras un riguroso proceso de medición, reporte y verificación (MRV), mediante el cual se garantizó que las reducciones de emisiones de Chile cumplieron con los altos estándares del FCPF. Las reducciones fueron verificadas de forma independiente por un organismo de validación y verificación externo, lo que reforzó aún más su integridad.
El Programa de Reducción de Emisiones (PRE) abarca seis regiones: Maule, Ñuble, Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, que cubren casi la mitad de la superficie forestal de Chile. Estas regiones son particularmente vulnerables a los impactos del cambio climático, como los incendios forestales recurrentes, las sequías prolongadas y la desertificación.
A través de prácticas de gestión forestal sostenible e iniciativas para mejorar las reservas de carbono, el programa contribuye a restaurar los ecosistemas y apoyar a las comunidades para que desarrollen resiliencia climática. En esencia, el programa presenta un mecanismo transparente e inclusivo de distribución de los beneficios mediante el cual se asigna prioridad a las mujeres, los pueblos indígenas y los pequeños propietarios, garantizando que los más afectados por la deforestación reciban apoyo directo y accedan a los beneficios de la acción climática.
“Este hito pone de manifiesto el liderazgo de Chile a la hora de hacer frente a los complejos desafíos del cambio climático, la desertificación y la degradación de los bosques”, dijo Jean-Marc Arbogast, gerente a cargo de las operaciones del Grupo Banco Mundial en Chile.
“El programa demuestra de qué manera los enfoques integrados pueden producir resultados climáticos tangibles y, al mismo tiempo, abordar las vulnerabilidades de los ecosistemas y brindar apoyo a las comunidades. También se presenta como un modelo mundial para la distribución transparente e inclusiva de los beneficios, que garantiza que las recompensas de la acción climática se repartan de manera justa”.