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Chipa todo el año: tradición y trabajo de las chiperas para llevar el sustento diario

Ángela Urbieta trabaja hace 20 años como chipera. “Es un oficio que me dio todo, inmensamente grata”.

En el corazón de muchas comunidades, las chiperas se han convertido en un símbolo de trabajo y dedicación. Este oficio es fuente de sustento para muchas familias. Las incansables trabajadoras distribuyen el producto típico en puestos de todo el país, siempre con una gran sonrisa y amabilidad. Comparten sus vivencias y aseguran que la chipa sale todo el año y que en Semana Santa la producción es el doble.

Amabilidad y calidez son características que las distinguen, creando un ambiente acogedor en la rutina laboral. A días de vivirse una de las tradiciones más grandes del país, conocemos la historia de chiperas que con su trato amable reciben y conquistan la lealtad de cientos de clientes. Revelan que es un trabajo seguro, digno, que les permitió llevar el sustento diario, solventar la educación de sus hijos y mucho más.

Llegamos al puesto de la Chipería Leticia en Ciudad Del Este. Ángela Urbieta ya tiene 20 años de experiencia. En sus inicios quien la alentó fue una amiga que partió a España. Ya tenía hijos y necesitaba emplearse, entonces tomó la decisión de ir a buscar trabajo, a pesar de algunas incertidumbres.

“Yo estaba sin trabajo, pero tenía miedo de no poder alzar el canasto, pero vine y al poco tiempo ya adquirí la práctica necesaria. Comencé primero con la venta en el centro, en Hernandarias. Trabajé así durante dos años, tuve muchos clientes, luego vine a este puesto. Realmente es un trabajo seguro, se gana bien, estoy muy agradecida”.

Nélida Noguera es chipera hace 5 años. “Es un trabajo que nos brinda muchas satisfacciones. Empecé sin saber nada, pero enseguida aprendí y me gustó”.

TRABAJOS POR TURNOS

Las chiperas cuentan con horarios rotativos. El primer turno arranca las actividades a las 04:00hs. El horario de 8 horas laborales les permite poder compartir con los hijos, acompañar sus estudios, estar con la familia, indicó.

“En los buses subimos a las 4 de la mañana, allí somos como los despertadores de los clientes y se muestran muy contentos cuando subimos. Todos quieren chipa y cocido”.

Día a día en la actividad atendiendo durante años, ya hace que las trabajadoras conozcan sobre la preferencia de los clientes sobre los productos. “Ya conocemos a los clientes, sabemos qué va llevar y la cantidad que desea”.

Asegura que su trabajo crea un vínculo de confianza con la clientela y es muy gratificante. “Ya estamos muy acostumbradas, lo hacemos con mucha amabilidad, ellos también se muestran amables, nos encanta lo que hacemos”.

CHIPA SALUDABLE

La chipa saludable ha ganado popularidad en los últimos años, con más personas buscando opciones nutritivas. La Chipería Leticia incorporó los ingredientes más saludables sin sacrificar el sabor. La innovación fue bien recibida y cada vez más clientes buscan disfrutar de una chipa que no solo sea deliciosa, sino que también, cuide la salud.

“La chipa saludable es un producto que mantiene el sabor y cuida la salud, realmente tiene mucha salida, mucha aceptación y preferencia”.

SEMANA SANTA

Es intenso el movimiento en cada puesto de chipa. Es así todo el año, el paraguayo consume la chipa sin importar la estación. La demanda es aún mayor en Semana Santa. La gente se prepara y se cuenta con dos opciones, la de llevar ya lista toda la chipa o adquirir la masa para poder moldear y hornear en familia.

“Tenemos muchísima clientela ya formada y está en constante aumento. Semana Santa es una semana especial, es un producto de alto consumo. Las familias llevan tanto la chipa ya cocinada, como también la masa, para reunirse, moldear y hornear en la casa”.

También es significativa la cantidad de brasileños que cruzan el puente para venir a comprar chipa, indicó. “Es sorprendente como ellos aman la chipa, vienen siempre, desde Foz y otros lugares. También acompañan con el cocido”.

“El paraguayo consume chipa en todas la estaciones del año. Aquí ya conocemos cuáles son sus productos favoritos”.

ANÉCDOTA

Ángela tiene actualmente 52 años y su hija más pequeña tiene 7 años, por lo que comenta como anécdota lo que fue aparecer embarazada en aquel entonces. “Todos estaban sorprendidos, me decían: ¡Vas a tener bebé! Nadie creía. Ahora mi nena es una consumidora más de la chipa. También viene a compartir aquí, le gusta mucho mi trabajo”, revela.

LOS HIJOS SIEMPRE ESPERAN CHIPA

Nélida Noguera también comparte sus vivencias. Trabaja en la chipería hace 5 años. Llegó sin experiencia alguna. “De cero comencé, enseguida aprendí y me gustó. Al llegar ya cargo la chipa bien calentita y salgo a la calle. Estamos en la temporada que se pide mucho”.

Expresa que es una oportunidad laboral que le da tranquilidad, ya que es una fuente de ingreso, un sustento seguro para el hogar. Al término de la jornada, al volver a la casa, siempre lleva chipa, ya que sus hijos consumen a diario. “No se cansan, me piden luego, siempre tengo que llevar”.

Para Nélida, la practicidad ante todo. Nunca hizo chipa en su casa, es mejor asegurar comprando, reveló entre risas. “Nunca hice, ante el riesgo de que no salga bien, es mejor comprar y ya todos felices”.

Las chiperas expresaron su gratitud a la clientela y a los directivos. El oficio les ha dado mucho, aseguran. Son guardianas de una tradición que alimenta tanto el cuerpo como el alma. Su dedicación y amabilidad son admirables. Con su trabajo impactan positivamente a las personas que las rodean.

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