
Como un ejemplo de enorme amor al prójimo, el comedor de niños La Esperanza sigue brindando un plato de comida no sólo a decenas de menores, sino que también a varias familias del barrio Juan E. O´leary, más conocido como Catedral. Actualmente los responsables del lugar están abocados en juntar materiales escolares para los chicos que deben ir a la escuela en pocas semanas más.
Diariamente alrededor de 40 niños de escasos recursos reciben una completa asistencia alimentaria por parte de la señora Esperanza Castillo, que junto a su esposo e hijos, ofrecen desayuno, almuerzo y merienda a los mismos, sin el apoyo de instituciones, sobreviviendo gracias a la solidaridad de las personas de buen corazón.
Si bien los menores están de vacaciones en sus actividades escolares, las visitas al comedor no se suspendieron, e incluso se extendió para algunas familias. “Todos son niños de familias muy necesitadas, la mayoría de ellos de madres solteras. Aquí nos ayudamos y conseguimos darles el alimento necesario gracias a la colaboración de las personas solidarias, ya que no tenemos ayuda de ningún organismo ni institución del Estado”, comentó Esperanza Castillo, propietaria del comedor.
Si bien la Gobernación del Alto Paraná les provee de verduras, todo lo requerido para la comida diaria se consigue con autogestión. En algunas oportunidades, los propietarios de carnicerías o pequeñas empresas donan varios ingredientes.
Esperanza comenta que actualmente están iniciando una campaña de recolección de uniformes, calzados y útiles escolares, atendiendo que los niños que recurren al comedor volverán a clases, pero la mayoría carece de estos elementos. “Queremos pedir a la gente que tenga uniformes y zapatos en buen estado que nos traigan aquí, nosotros nos encargamos de adaptar y poner en condiciones para que estos niños puedan usar. Además, también necesitan de útiles, especialmente mochilas y cartucheras, aunque todo es bienvenido, lápices de colores, pinceles, borradores, sacapuntas, reglas e incluso cuadernos con hojas blancas libres”, explicó.
Otra de las preocupaciones de Doña Esperanza es el techo del hogar donde viven y reciben a los niños, ya que la viga que lo sostiene se encuentra seriamente comprometida, poniendo en peligro a todos. “Es algo que nos preocupa, por eso estamos viendo la forma de repararlo, mientras estamos arreglando otra parte de la casa para montar allí el comedor, por la seguridad de los chicos. Si alguien quiere donarnos materiales de construcción para mejorar las condiciones, serán más que bienvenidos”, indicó.
Todas las personas que deseen ayudar y colaborar en esta noble causa pueden comunicarse al (0986) 531-109, donde serán atendidos por la propia Esperanza Castillo. El lugar es de difícil acceso, por lo que siempre están dispuestos acompañar desde cierto lugar a todos quienes desean visitar el comedor.