Alrededor de 40 niños de escasos recursos reciben a diario una completa asistencia alimentaria por parte de una familia solidaria que hace cinco años ofrece desayuno, almuerzo y merienda a los mismos. Si bien el comedor cuenta con las documentaciones requeridas para ciertos procedimientos, hasta la fecha no ha logrado apoyo de ninguna institución y sobrevive gracias a la compasión de los amigos y personas de buen corazón, quienes colaboran con todo tipo de ayuda.
Situado a orillas del río Paraná, en la zona del barrio Juan E. O’leary, el comedor “La Esperanza” inicia sus actividades a tempranas horas del día, ya que los niños reciben el desayuno antes de ir a sus escuelas.
Así también, alrededor del mediodía, las tías y los tíos ofrecen un sabroso plato de comida, asegurando que los menores reciban el principal alimento del día. “Son muchos, más de 40 niños de los alrededores que reciben desayuno, almuerzo y merienda. A veces también vienen de San Miguel y otros barrios, pero siempre se mantiene ese promedio”, manifestó Esperanza Castillo, propietaria del comedor.
La misma comentó que el proyecto empezó cuando ella se percató de las necesidades de los niños del lugar y que con el tiempo se fueron sumando más y más menores. “Veía como estos niños vivían, me preocupaba por ellos y decidí hacer algo. Mi familia me apoyó desde el primer momento”, explicó.
Actualmente, el lugar destinado para dar de comer a los niños es en una parte de su casa, pero el espacio se va quedando pequeño, ya que diariamente aparecen nuevos comensales. La voluntaria comentó que contaban con una especie de tinglado, pero el año pasado un temporal lo derribó y no tuvieron condiciones económicas de levantarlo de nuevo. Contó que con la llegada del calor intenso las cosas se complican. “Queremos tener un espacio mayor, brindar más comodidades a estos inocentes, tal vez equipar con elementos y materiales que nos permitan trabajar mejor y así poder ofrecerles la atención que merecen”, expresó.
Esperanza comentó que en la actualidad cuenta con tres ayudantes de cocina, además de sus hijos, yerno y esposo, quienes colaboran directamente para que todo siga funcionando a pesar de las carencias y necesidades. “Las mujeres nos encargamos de preparar los alimentos y los varones traen las leñas, hacen el fuego e incluso les llevan a la escuela a muchos de ellos”, comentó, recordando que en época de pandemia el comedor se trasformó en un lugar de preparación de ollas populares.
El comedor La Esperanza necesita de materiales de construcción, muebles, electrodomésticos para la cocina, cubiertos y todo lo que pueda resultar de ayuda para equipar el lugar. “Necesitamos muchas cosas, aquí se puede traer desde ropas y zapatos, hasta materiales de construcción, todo es bienvenido, sea nuevo o usado, todo será de gran ayuda”, manifestó.
Finalmente, Esperanza comentó que reciben ayuda de muchas personas de la comunidad religiosa y amigos, con aportes monetarios y alimentos de todo tipo, lastimosamente y pese a la insistencia de los propulsores de esta noble causa, no han tenido siquiera respuesta por parte de la Municipalidad de CDE ni de la Gobernación del Alto Paraná. “Muchas veces me fui incluso a llorarles por una ayuda, solicité que nos hagan un espacio digno, pero ni siquiera respuesta me dieron. En la Municipalidad nos reconocieron, dieron todos los papeles, pero hasta ahí. En los otros lugares ni se dignaron a respondernos”, finalizó.
Todas las personas que deseen ayudar y colaborar en esta noble causa, se pueden comunicar al (0986) 531-109.
