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Con migajas y promesas, Diego Ríos busca maquillar su fracasada gestión

La municipalidad anunció pomposamente la donación de 1.000 ladrillos y una carga de arena a una familia que perdió su casa en incendio, lo que sería nada más que un burdo intento de autopromoción del intendente Ríos.

En un intento desesperado por lavar su deteriorada imagen y desviar la atención de las graves denuncias que pesan sobre su administración, el intendente de Minga Guazú, Diego Ríos (ANR), ha recurrido a la «caridad» como estrategia. Recientemente, la Municipalidad entregó mil ladrillos y una carga de arena a una familia afectada por un incendio en el Km 13,5 Acaray, un gesto que muchos califican como un burdo acto de autopromoción. Ríos, cuestionado por su desastrosa gestión, intenta posicionarse como un buen administrador con el fin de buscar su reelección en las municipales del 2026.

Mientras intenta ganarse la simpatía ciudadana con acciones simbólicas, los escándalos siguen salpicando su administración. Entre las irregularidades más recientes destaca el esquema de corrupción en la expedición del Registro de Conducir, donde se cobra por un inexistente “curso de capacitación”. Este examen de conducción “fantasma” no solo evidencia el manejo oscuro de los recursos, sino que apunta a una estrategia para financiar la campaña política del intendente, según las denuncias. También el examen de vista y oído tuvo un drástico aumento, ya que subió de 40 mil a 120 mil guaraníes, según los denunciantes. Todo esto sería para recaudar fondos para la campaña proselitista del actual intendente, que buscará su reelección en el cargo en las elecciones municipales del 2026.

CRISIS

La crisis económica de la Municipalidad de Minga Guazú se ha profundizado bajo la gestión de Ríos. A inicios de 2025, la institución enfrenta graves problemas financieros, sin recursos suficientes para mantener siquiera su página web oficial, una obligación legal. Tampoco se garantiza el pago de salarios a los funcionarios municipales, a pesar de los constantes préstamos solicitados por el intendente, el último de ellos por Gs. 5.000 millones a finales de 2024.

Este empréstito, aprobado por concejales aliados, es el cuarto de su administración, siempre bajo el mismo argumento: un déficit causado por la baja recaudación. Sin embargo, lejos de implementar soluciones estructurales, Ríos ha optado por aumentar la deuda pública, sumiendo cada vez más a la comuna en un agujero financiero que compromete su sostenibilidad.

Concejales como Alejandro Dos Santos y Laura Barreto han cuestionado abiertamente la gestión de Ríos. El primero pidió informes sobre la falta de fondos municipales, señalando que cada año los préstamos aumentan, comprometiendo el futuro financiero de la comuna. Sin embargo, estos pedidos han caído en saco roto. Por su parte, Barreto fue más directa al proponer el rechazo del último crédito, advirtiendo sobre el riesgo para el patrimonio municipal.

A pesar de las críticas, Ríos sigue sin presentar un plan concreto para revertir el déficit recurrente. Su administración se ha limitado a justificar las deudas acumuladas y a trasladar la responsabilidad al bajo nivel de recaudación, sin atacar las causas de fondo ni mejorar la eficiencia en la gestión.

Con una situación financiera cada vez más insostenible, el panorama para Minga Guazú es sombrío. La recaudación de enero de 2025, que el municipio esperaba como un alivio, no alcanzará para cubrir las necesidades básicas, dejando a la comuna al borde del colapso.

Mientras tanto, Diego Ríos insiste en buscar el rekutú, esta vez representando nuevamente al Partido Colorado. Su gestión, marcada por el endeudamiento crónico, la corrupción y la falta de planificación, debería ser un llamado de atención para los ciudadanos de Minga Guazú, quienes merecen una administración transparente y eficiente, lejos de las migajas y promesas vacías.

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