Una verdadera burla a la ciudadanía es el comportamiento de los concejales municipales de Ciudad del Este, principalmente al momento de cumplir con el deber de sesionar una sola vez por semana. El horario marcado para el inicio de las sesiones es la 9 de la mañana, con media hora de tolerancia, pero prácticamente ninguno de los ediles se presenta en la sala y ni siquiera son vistos en el recinto de la Junta Municipal.
Esta práctica se hace bastante común, por lo que ya es considerado “normal” incluso por los propios funcionarios municipales, quienes aseguraron que últimamente las sesiones se inician entre las 10:30 a 11 de la mañana, es decir, más de una hora y media después de lo establecido.
Los concejales municipales reciben una remuneración mensual superior a los G. 21 millones en concepto de dieta, gastos de representación y bonificación, además de G. 3.000.000 que no están reglamentados como gastos de la Junta Municipal, sino que dependen directamente de la Municipalidad dentro de su presupuesto. Lo irónico del caso es que los mismos no cumplen horario, por lo que esta práctica, como mínimo, se constituye en una total falta de respeto hacia la ciudadanía que los votó. Los ediles actúan de esa manera con la absoluta certeza que serán beneficiados con la impunidad arraigada en todas las instituciones del Estado y la indiferencia cómplice de la propia ciudadanía. Cabe destacar que la Ley Orgánica Municipal, establece que en todos los municipios del país, salvo Asunción, el monto de la dieta que podrán percibir los concejales, en ningún caso puede superar los seis salarios mínimos mensuales cada uno.
Esta burlesca práctica no termina en la impuntualidad, ya que varios concejales tienen la grotesca costumbre de sesionar durante los primeros minutos, para luego retirarse. El “chat” y las redes sociales captan más el interés de los ediles, cuando el tema tratado no representa algún interés o beneficio personal.
En la víspera, varias personas llegaron hasta la Junta Municipal a fin de dialogar con los ediles, teniendo que retirarse del lugar sin lograr su cometido, atendiendo que siendo ya las 10:30 de la mañana, la sala de sesiones seguía prácticamente vacía. Una vez iniciada la sesión, los ediles presentes mostraron poco o nada de interés en los temas tratados, ya que se pasaron hablando por teléfono e incluso reiterando bostezos.
El único tema que despertó el interés de los concejales municipales fue la aprobación del llamado a licitación pública para la Contratación de Servicios de Alquiler de Maquinarias y Equipos, por la “módica” suma de G. 2.800 millones, cuyos detalles no fueron entregados y mucho menos exigidos. Llamativamente, el concejal Richard Alfonzo recibió una llamada telefónica que lo “obligó” a dejar el recinto al momento de votar. Jaime Méndez, Federico González y Héctor Guerín votaron en contra de la aprobación. Éste último se retiró del recinto una vez terminado el mencionado tema, quedando varios otros por tratar.
Este comportamiento de los ediles, electos por el pueblo, sólo demuestra la total falta de respeto y el nulo interés de los mismos por los problemas locales, siendo lo único importante, los beneficios que puedan recibir.