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Desarrollar la oratoria y la inteligencia emocional en los niños es fundamental

El Lic. Edgar Toledo recomienda trabajar con los niños las técnicas de oratoria e inteligencia emocional

La oratoria es el arte de hablar en público, de saber transmitir conocimientos, una habilidad en auge en estos tiempos en el campo laboral. Por otro lado, la inteligencia emocional trata sobre la capacidad de reconocer y gestionar las emociones. Ambas áreas son elementales y deberían trabajarse desde la infancia, apuntó el Lic. Edgar Toledo, conferencista.

Existe una idea errónea de vincular la oratoria a un público específico, como comunicadores, políticos o conferencistas, pero en realidad, el arte de saber hablar y comunicar ideas y mensajes es una habilidad que todos debemos desarrollarla. El ejercicio diario ayuda a vencer algunos obstáculos para mejorar nuestro modo de comunicación. El Lic. Edgar Toledo abordó el tema, habló de la importancia de esta herramienta en la vida de todos, en esta ocasión, específicamente para los niños.

Cuanto más temprano los niños inicien, tendrán una mejor oratoria y buena gestión de las emociones, lo que les ayudará en el rendimiento escolar, en sus relaciones interpersonales y a tener mayor confianza. “Tenemos todavía ese concepto de que nuestro niño es muy pequeño para hacer oratoria o de hacer un curso de inteligencia emocional. Más todavía después de pasar una pandemia, donde los niños estaban encerrados, la oratoria no solamente nos ayuda a tener mejor lenguaje verbal, sino también nos ayuda mucho a no reprimir las emociones, saber comunicarnos, que hay formas de ser asertivos, que hay maneras de comunicar, una manera diferente a lo que estamos acostumbrados”, manifestó.

La oratoria brinda a los pequeños la confianza para expresar sus ideas.

La oratoria ofrece técnicas y herramientas para que puedan expresarse y cuanto antes tengan acceso a estos conocimientos, la comunicación adquiere otra dimensión de fluidez, de comprensión, lo que otorga satisfacción a los niños, al contrario de aquellos que no logran expresarse y sienten una frustración constante. “La oratoria les brinda esas herramientas para que puedan expresarse de manera adecuada y los beneficios se extenderán hasta su vida adulta, teniendo más oportunidades en todos las áreas de la vida”, afirmó

En oratoria se trabaja con el autoconocimiento. Hay un concepto erróneo de los padres de los niños que hacen oratoria.  “Refieren que buscan el curso para vencer el miedo. En realidad, el miedo no vamos a perder, porque hace parte del conjunto de emociones del ser humano, aprendemos a lidiar con eso, a que el miedo juegue a nuestro favor, que podamos conocernos nosotros mismos y ver cuál es mi punto débil, para eso se pueda constituir en fortaleza. Entonces el niño se siente más seguro de sí mismo y le posibilita a realizar otras tareas mucho más libre”.

TÉCNICAS DE ORATORIA

Las exposiciones en la escuela son actividades que demandan una buena comunicación de los alumnos, pero la mayoría se encuentra con dificultades para encarar la tarea. “Mi propia hija me dice, tengo una exposición, no sé por dónde empezar.  Entonces como que el miedo les bloquea a ellos. Es allí donde deben hacer uso de las técnicas de oratoria, de acuerdo a sus necesidades. Ellos se sienten felices cuando logran, lo expresan y celebran, ese autoconocimiento es importante”.

Saber gestionar sus sentimientos ayuda en sus relaciones interpersonales. Es importante que no se sientan reprimidos en sus emociones.

Entre las principales herramientas para tener una buena oratoria, sugirió la lectura, ofrecer libros a los niños. “Hay que preguntar a los niños qué libro le gustaría, sobre qué desea leer. Es una de las mejores inversiones, es un aliado demasiado importante para la oratoria, para la dicción, para el enriquecimiento de vocabularios. Tener la costumbre, el hábito de la lectura, estimularle con premios y que luego de leer todo el libro pueda hacer un resumen de los hechos. Ellos ya tienen la concepción de ideas y el cerebro se va programando”.

También son técnicas de oratoria:

Los juegos: Conectar con baile, canto, recitados, personajes; representar frente a todos, dar distintos matices y entonaciones ayudan a entrenar.

Improvisación: Altamente recomendable para lograr mayor soltura corporal y una riqueza conceptual.

Potencial creativo: explorar la capacidad creativa de los niños, permitiendo conectar con ideas diversas.

Despertar curiosidad por enfoques diversos de un mismo tema: Cada niño puede hablar de un mismo tema, pero con enfoques distintos. De esta manera se entrena al cerebro.

Evitar que aprendan de memoria: Cuando se aprende de memoria, se pierde la capacidad de conceptualizar trazos, ideas y conceptos.

INTELIGENCIA EMOCIONAL

Saber gestionar sus sentimientos ayuda en sus relaciones interpersonales. Es importante que no se sientan reprimidos en sus emociones.

La inteligencia emocional en niños se trabaja con la comunicación. Es importante crear espacios y momentos para hablar con los menores acerca de las emociones. “Preguntarles siempre, qué sentís, qué te gusta. Parece algo tan básico, pero para ellos es demasiado importante, demasiado grande, vivir y construir esa confianza. Tenemos que posibilitar que puedan comunicarnos sin sentir un reproche. El consejo constructivo le conecta para poder hablar de sus emociones”.

Se debe buscar evitar reprimir las emociones, los menores deben sentir la confianza plena de poder conversar con los padres. “En caso de bullying, es importante que el niño o niña pueda hablar lo antes posible, lo hará si siente esa confianza. Ese espacio libre con los hijos es fundamental para conocer sus debilidades y fortalezas. Conectar profundamente con ellos”.

Muchos niños no saben lidiar con la tristeza o el enojo y arrastran eso hasta su vida adulta. Son sentimientos válidos, que hay que saber gestionarlos, no reprimirlos, explicó.

Entre algunas actividades para trabajar la inteligencia emocional en los niños se sugiere: nombrar los sentimientos, aprender a manejar las emociones, cultivar la empatía, profundizar en la comunicación, enseñar a escuchar activamente, permitir que expresen sus sentimientos.

“El comportamiento de nuestra vida adulta es el reflejo de lo que fue nuestra niñez”, finalizó.

 

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