Los problemas no paran en la Penitenciaría Regional de Ciudad del Este tras la detención del director por supuestamente permitir el ingreso masivo de drogas y alcohol. Ahora otra nueva denuncia sacude al penal. Los encargados de la seguridad denunciaron el extravío de cinco armas de fuego pertenecientes a la institución, que no fueron ubicadas en el cambio de turno.
El jefe de seguridad Luis González Godoy, mencionó a agentes de la Comisaría 1ra que en el día de allanamiento del penal, el guardia cárcel Basilio Giménez intentó ingresar a la jefatura para poder retirar las armas que estaban en un cajón de un escritorio, pero fue impedido por la comitiva fiscal. Horas más tarde logró entrar encontrando la puerta violentada y las cinco armas no estaban. Según la denuncia, las armas desaparecidas son cinco pistolas calibre 9mm, cuatro de la marca Glock y una de marca desconocida, todas propiedad del Ministerio de Justica. En el momento del operativo las cámaras del circuito cerrado dejaron de operar, por lo que no se puede identificar a las personas que las sustrajeron.
Los investigadores sospechan que algunos funcionarios corruptos aprovecharon la ocasión para poder llevar las armas y denunciar como extraviadas, pero no obstante se investiga el caso para esclarecer lo sucedido.
UNA BOMBA DE TIEMPO
El establecimiento penitenciario, ubicado en medio del barrio Boquerón, alberga una gran cantidad de peligrosos delincuentes que prácticamente tienen el control del lugar. Los presos manejan el penal a su antojo. Los vecinos de la cárcel temen que en algún momento ocurra una fuga masiva, debido a la vulnerabilidad en los controles y la corrupción imperante. El lugar en una peligrosa bomba de tiempo para la comunidad.
Hace años los pobladores del barrio Boquerón piden a las autoridades el traslado de los internos a la nueva cárcel de Minga Guazú, pero desde el Ministerio de Justicia ya adelantaron que solamente serán trasladados los internos con condena firme. Los demás, que representan la mayoría de la población penal, continuarán en el sitio. La cárcel regional, lejos de ser un lugar de reinserción, se ha convertido en una escuela para delincuentes.