El Reino Unido desplegó aviones de combate Typhoon de la Real Fuerza Aérea para interceptar aeronaves militares rusas que volaban cerca del espacio aéreo de la OTAN. El hecho fue confirmado por el Ministerio de Defensa británico, que indicó que las aeronaves rusas fueron detectadas operando sin plan de vuelo ni comunicación con los sistemas de control de tráfico aéreo, lo que motivó una respuesta inmediata por parte de las fuerzas aliadas.
Los aviones británicos fueron activados desde la base aérea de Ämari, en Estonia, donde el Reino Unido mantiene un destacamento aéreo como parte de su compromiso con la misión de Policía Aérea del Báltico de la OTAN. Esta operación tiene como finalidad la vigilancia y protección del espacio aéreo de los países bálticos —Estonia, Letonia y Lituania—, que no cuentan con una fuerza aérea propia lo suficientemente desarrollada para realizar estas tareas de forma autónoma.
Durante la interceptación, los cazas Typhoon escoltaron a las aeronaves rusas fuera del espacio aéreo aliado, siguiendo los protocolos establecidos por la OTAN. El Ministerio de Defensa señaló que este tipo de operativos no busca confrontación, sino garantizar la seguridad de las rutas aéreas internacionales y mantener la integridad territorial de los países miembros de la Alianza.
Aunque las aeronaves rusas no ingresaron en el espacio aéreo de la OTAN, su proximidad y el hecho de que no se identificaran ni comunicaran con los sistemas de control representan una potencial amenaza para la seguridad aérea, especialmente en una región marcada por crecientes tensiones geopolíticas desde el inicio del conflicto en Ucrania en 2022.
Desde entonces, los encuentros entre fuerzas aéreas rusas y de la OTAN se han vuelto más frecuentes, con decenas de interceptaciones registradas cada año. Según voceros de la RAF, estos vuelos no identificados suelen involucrar bombarderos estratégicos o aviones de reconocimiento rusos, que habitualmente operan cerca de las fronteras aliadas para recolectar información o enviar señales de presión política y militar.
El despliegue británico también refleja la voluntad del Reino Unido de reafirmar su compromiso con la defensa colectiva, un principio clave del Tratado del Atlántico Norte. «Nuestra presencia en Estonia es una muestra tangible del apoyo británico a nuestros aliados del Báltico. Continuaremos respondiendo con firmeza a cualquier actividad que represente una amenaza para la seguridad regional», expresó un portavoz del Ministerio de Defensa.
La misión de Policía Aérea del Báltico se lleva a cabo de forma rotativa entre distintos países miembros de la OTAN. Además del Reino Unido, otras naciones como Alemania, Francia, España e Italia también han contribuido con aviones y personal militar para esta labor.
