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Detectan esquema internacional de comercialización de motos robadas

En el patio de la Policía Civil de Foz de Yguazú, un efectivo de la Policía brasileña entrega su biciclo a un compatriota.

El Paraguay “exporta” motocicletas robadas en territorio nacional al Brasil, en el marco de un esquema internacional de comercialización de biciclos robados, según lo denunciado por víctimas y fuentes policiales, que confirmaron la situación. El esquema quedó en evidencia días pasados, cuando agentes de la Policía Civil brasileña de Foz de Yguazú confirmaron que están requisando gran cantidad de motocicletas robadas en territorio paraguayo y vendidas a “precio de banana” en Brasil. Los nuevos “dueños” inclusive poseen documentación de los rodados a su nombre, dificultando a la Policía brasileña identificar las motos como robadas.

Son centenas de motocicletas robadas en Paraguay, principalmente Ciudad del Este y el Alto Paraná, que circulan irregularmente en Foz de Yguazú y ciudades vecinas, según estiman fuentes de la Policía Civil. El delegado de la Policía Civil de Foz, Geraldo Evangelista, confirmó que estas motocicletas hurtadas en Paraguay, en territorio brasileño son vendidas a un precio muy inferior al real.

Delegado de la Policía Civil, Geraldo Evangelista

El mismo explicó que, si bien las motos son robadas en Paraguay, los “nuevos dueños” que circulan con las mismas en Brasil, incurren en el crimen de “receptacao”, lo que en nuestro país equivaldría a la reducción, penada en el artículo 195 del Código Penal Paraguayo. “El crimen de receptacao está previsto en el artículo 180 del Código Penal brasileño y está configurado cuando alguien adquiere recibe, transporta u oculta algún producto de crimen”, explicó Evangelista. La expectativa de pena es de 1 a 4 años de prisión, advirtió.

Añadió que la recuperación de motocicletas robadas se da a través del abordaje policial en controles aleatorios en la vía pública. “Actuamos en casos de sospechas, luego las personas son derivadas hasta sede de la Policía Civil, donde se hace el procedimiento por el crimen de receptacao”, indicó. En ese sentido, hay centenares de motocicletas que ya fueron decomisadas y que se encuentran en la sede policial, en espera de sus legítimos dueños.

 

FALTA DE DENUNCIA Y FALSIFICACIÓN DE DOCUMENTOS

Uno de los problemas con los que se encuentra la Policía brasileña es que no existe una base de datos, en donde figuren los datos de las motocicletas en territorio paraguayo. En ese sentido, la Policía paraguaya da poca importancia al tema, ni siquiera existen estadísticas fiables respecto al tema. Uno de los pocos datos que se tienen es que se roban aproximadamente 8 motocicletas por día en la región, según indicaron fuentes de la Dirección de Policía del Alto Paraná.

Muchas víctimas de este tipo de robo reclaman además que la Policía Nacional no comunica las denuncias al Registro Único del Automotor RUA, mucho menos a sus pares del Mercosur, por lo que las motos robadas acaban siendo “blanqueadas” en el exterior. Así también llama la atención que los “nuevos dueños”, es decir, las personas que compran las motos robadas, ya cuentan con cédula verde para los biciclos, que siguen siendo usadas conservando el mismo número de chapa, presumiéndose que existe toda una red de falsificadores, con capacidad tecnológica para elaborar documentos (cédulas verdes) muy parecidos a las originales, expedidas por el RUA.

La Policía Nacional de Paraguay no cuenta con sistema de registro de las motocicletas hurtadas, además hay una “negligencia”, que puede ser hasta intencional de no registrar las motos como robadas, pese a que las víctimas radican sus respectivas denuncias. La mayoría de las motos recuperadas en el vecino país no aparecen como robadas en el sistema de la Policía, y esa cuestión llama la atención de los investigadores brasileños. Varios paraguayos ya recuperaron sus motos en Foz, llevando sus denuncias impresas, ya que en el sistema las denuncias no saltan.

Pese a estas adversidades, la Policía brasileña es capaz de detectar el fraude en la mayoría de los casos y los reducidores deben enfrentarse a procesos y penas carcelarias, advirtió el delegado Evangelista. Lamentó no obstante que no pueden llegar hasta las personas que roban propiamente las motocicletas, no obstante, al perseguir a los reducidores, ya se está ayudando a desalentar este delito, que se está convirtiendo en verdadera “pandemia” en la región fronteriza.

Cabe mencionar que estas motocicletas robadas cruzan sin problema alguna la frontera e ingresan a territorio brasileño, pasando por la aduana paraguaya, donde también están apostados efectivos de la Policía, de la Armada Paraguaya y otros organismos de control. Víctimas de este delito sugirieron que la Policía de Automotores debería de instalarse en la cabecera del puente, a fin de combatir este delito, que va en franco aumento a raíz de la debilidad institucional de nuestros organismos de seguridad.

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