Días atrás el Instituto Nacional de Estadísticas dio a conocer los datos de pobreza a nivel nacional correspondientes al año 2023, destacando una reducción significativa tanto en la pobreza total como en la pobreza extrema en comparación con el año anterior. Para el Gobierno Nacional esto es motivo de celebración, indicó el presidente Santiago Peña. Pero para el economista José Ayala Cambra, los números no pueden reflejar tal cual la realidad de los compatriotas en pobreza y pobreza extrema.
Según los informes, más de 157 mil paraguayos lograron salir de la pobreza total, mientras que más de 65 mil personas han dejado atrás la pobreza extrema. Estos datos reflejan una mejora significativa en la calidad de vida de estos ciudadanos, en términos de acceso a alimentación adecuada y a diversos servicios básicos.
Ayala Cambra señaló la importancia de comprender el concepto de pobreza utilizado por el gobierno para operativizar las políticas destinadas a combatirla. Para el Estado, la pobreza se define como la falta de recursos para satisfacer necesidades básicas en áreas como salud, alimentación, vivienda, educación y entretenimiento. La pobreza extrema se caracteriza por la incapacidad de acceder siquiera a alimentos adecuados.
“La línea establece un monto X que define si la persona es pobre o no, por ejemplo, si una persona gana 499.000 al mes, es pobre, pero si luego logra ganar G. 501.000, ya deja de ser pobre. Es una cuestión de clasificación y es muy arbitraria. Existen otros indicadores, como la profundidad de pobreza, donde se ve qué tan posible es que una persona pase a ser o deje de ser pobre”, detalló.
Ayala explicó que en Paraguay se utiliza la línea de pobreza que establece un umbral de ingresos mensuales por debajo del cual una persona es considerada pobre. Este umbral se calcula a partir de la canasta básica y otros gastos esenciales, lo que puede resultar en una clasificación arbitraria de la pobreza.
Si bien se celebra la reducción de la pobreza en el país, Ayala advirtió que aún persisten desafíos importantes.” Aproximadamente el 22% de la población paraguaya sigue viviendo en condiciones de pobreza, lo que representa cerca de uno de cada cinco ciudadanos. La pandemia ha exacerbado esta situación, aunque el Producto Interno Bruto ha experimentado un crecimiento del 4%”, apuntó.
En cuanto a la pobreza extrema, aunque se ha reducido en un 2% con respecto al año anterior, Ayala subrayó que estas cifras aún dejan a una gran cantidad de paraguayos en condiciones precarias. Hizo hincapié en la necesidad de continuar trabajando para abordar estas disparidades y mejorar las condiciones de vida de quienes aún enfrentan la pobreza extrema en el país.
Si bien los datos reflejan un progreso significativo en la lucha contra la pobreza en Paraguay, queda claro que aún queda mucho por hacer para garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a una vida digna y a oportunidades equitativas.