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Edificios y barrios cerrados marcan el nuevo camino del desarrollo habitacional

Atractivos por la seguridad y otros beneficios que brindan los barrios cerrados.

El sector inmobiliario en Alto Paraná experimenta un crecimiento acelerado en los últimos años en las principales ciudades del departamento, como Ciudad del Este, Hernandarias, Minga Guazú y Presidente Franco. Según Esteban Wiens, secretario de Industria y Comercio de la Gobernación de Alto Paraná, esta expansión está marcada principalmente por el aumento en la construcción de edificios habitacionales y el auge de los barrios cerrados, que se están consolidando como una de las principales apuestas del mercado inmobiliario.

El auge de los edificios habitacionales en Alto Paraná se convirtió en un fenómeno similar al de la capital del país, con una proliferación de inmuebles que ofrecen modernas instalaciones y servicios de alto nivel. Actualmente, en las ciudades cabeceras del departamento se observa un incremento en el número de edificios habitacionales, muchos de los cuales ya están ocupados por residentes atraídos por la comodidad, seguridad y el estilo de vida que estos edificios ofrecen.

Wiens destaca que el sector inmobiliario “es uno de los que más creció en los últimos años”, y esta tendencia va en ascenso. En Ciudad del Este, por ejemplo, hay entre 11 y 12 edificios en construcción y, según datos de la Gobernación, inversionistas argentinos adquirieron varios terrenos con planes de completar cuatro edificios residenciales para el 2026. Esto mejora la infraestructura urbana y contribuye a la creación de empleos, especialmente en la construcción, limpieza, seguridad y mantenimiento de estos complejos.

TENDENCIA DE BARRIOS CERRADOS

Paralelamente, los barrios cerrados ganaron popularidad en Alto Paraná, al punto de convertirse en una de las opciones de vivienda más buscadas en el departamento. Lo que hace una década era una opción exclusiva, con apenas uno o dos barrios cerrados en la región, hoy se convirtió en un fenómeno en expansión, con más de 15 de estos complejos en funcionamiento. Esta tendencia refleja un cambio en las preferencias de la población, que busca cada vez más residencias en entornos seguros, con acceso a servicios exclusivos y áreas recreativas.

Estos barrios cerrados suelen incluir estacionamientos propios, parques, áreas verdes y, en algunos casos, piscinas y espacios deportivos, lo cual mejora considerablemente la calidad de vida de sus habitantes y aporta un valor agregado a estas propiedades. Según Wiens, “el valor agregado es que los departamentos dan en seguridad, como los edificios habitacionales que tienen sus estacionamientos, parques y piscinas propias, entre otros atractivos propios”.

IMPACTO ECONÓMICO Y CREACIÓN DE EMPLEO

El crecimiento del sector inmobiliario en Alto Paraná beneficia a los nuevos residentes y, con ello, genera un impacto directo en la economía local. La construcción de edificios y barrios cerrados generan una alta demanda de trabajadores en diversos sectores, desde la construcción hasta los servicios de limpieza y seguridad. Empresas de seguridad y limpieza, en particular, han experimentado una gran demanda, al punto que no siempre logran cubrir todas las solicitudes de personal que reciben.

Debido a la velocidad del crecimiento, “una empresa del rubro de seguridad nos dice que necesitan más personas formadas, porque tienen muchos lugares que solicitan sus servicios y no dan abasto”, informó Wiens.

Este incremento en la demanda evidencia la necesidad de programas de capacitación y formación continua para asegurar que los trabajadores cuenten con las habilidades necesarias para cubrir las crecientes exigencias del mercado.

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