Durante la sesión extraordinaria de la Junta Municipal de Ciudad del Este realizada en la víspera, los ediles trataron uno de los temas más comentados en los últimos días, la construcción del monolito que alude a la Logia Masónica en una de las zonas más concurridas de la ciudad.
El mismo está ubicado al costado de la ruta PY 02, en inmediaciones de la rotonda Oasis, es decir, en la entrada al microcentro de la ciudad. Si bien las primeras informaciones indicaban que la obra fue construida con anuencia de la Junta Municipal, en la víspera dicha versión fue desmentida por los concejales.
El concejal Ernesto Guerín solicitó a sus colegas que el legislativo municipal se pronuncie al respecto, atendiendo que la solicitud para la obra no pasó por la Junta y mucho menos fue autorizada por los mismos. Alegó que muchas personas y sectores están responsabilizando a los ediles por el hecho, que ha dividido a la opinión pública.
Guerín explicó que la construcción del referido monolito se ejecutó en la franja de dominio del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, pero que aun así debió contar con la anuencia del Ejecutivo Municipal y no de la Junta Municipal, siguiendo las legislaciones vigentes. “Pedí que la Junta Municipal se pronuncie al respecto, solicitando un informe de modo a deslindar responsabilidades. Al ser dominio del MOPC, tuvo que tener la anuencia del Intendente, que evidentemente fue otorgado sin pasar por la Junta”, expresó.
Pese a su insistencia, el pedido de Guerín fue ninguneado por sus colegas de Yo Creo, equipo del intendente Miguel Prieto, que tiene mayoría en el pleno. Desde la instalación del mencionado monolito, varios sectores de la sociedad expresaron su indignación y repudio por las redes sociales, algunos incluso amenazaron con derribarlo.
La Gran Logia Simbólica del Paraguay está instalada en la zona desde hace varios años, siendo Ciudad del Este la segunda ciudad con mayor cantidad de logias que superan las 10, con cuatro templos, divididos en sectores exclusivos para hombres, mujeres y jóvenes. Actualmente estarían divididos en tres bandos, cuya característica principal es el sigilo o secretismo de sus cultos y acciones. Los integrantes de esta organización “secreta” serían influyentes políticos, comerciantes y autoridades, envueltos constantemente en polémicos casos de tráfico de influencias, que blindan a los “hermanos”, con impunidad o grandes beneficios.