Este 2 de mayo se conmemora el Día Internacional contra el Bullying o el Acoso Escolar, una jornada que busca visibilizar y combatir una problemática que afecta a millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo. La fecha fue instaurada en 2013 por la ONG Bullying Sin Fronteras, con el apoyo de la UNESCO, como un llamado a tomar conciencia sobre la violencia sistemática que sufren estudiantes en el ámbito escolar.
El bullying escolar se define como una agresión constante, ya sea física, verbal, psicológica o social, ejercida entre estudiantes y generalmente en una relación de poder desequilibrada. Las consecuencias del acoso escolar son profundas, como la baja autoestima, aislamiento, ansiedad, depresión, bajo rendimiento académico e incluso suicidio en casos extremos.
CIFRAS ALARMANTES A NIVEL GLOBAL
Según datos recientes de la UNESCO, uno de cada tres estudiantes en el mundo fue víctima de acoso escolar en algún momento de su vida académica. La situación se agrava con la expansión del ciberacoso, una forma moderna de violencia que se manifiesta a través de redes sociales y plataformas digitales, y que muchas veces continúa fuera del horario escolar.
América Latina es una de las regiones más afectadas por esta problemática. La ONG Bullying Sin Fronteras estima que siete de cada diez estudiantes en países latinoamericanos sufren algún tipo de acoso escolar, posicionando a la región entre las más vulnerables. México, Argentina, Brasil, Colombia y Perú figuran entre los países con mayores niveles de bullying reportado.
PARAGUAY NO ESTÁ EXENTO
En Paraguay, si bien no existen estadísticas oficiales recientes a nivel nacional, diversas investigaciones y relevamientos de organizaciones sociales indican que el acoso escolar también es una preocupación creciente. Docentes y orientadores educativos alertan sobre un aumento en los casos, especialmente luego de la pandemia, cuando los estudiantes regresaron a la presencialidad con nuevas dinámicas de interacción, muchas veces conflictivas.
COMPROMISO DE TODA LA COMUNIDAD
Especialistas en educación y salud mental coinciden en que la prevención y la intervención temprana son claves. La creación de espacios de diálogo, la capacitación docente, la educación emocional desde edades tempranas y el involucramiento de las familias son algunas de las estrategias recomendadas.
“Cuando un niño sufre bullying, no solo afecta su presente, sino también su futuro. Puede condicionar su personalidad, sus relaciones sociales y hasta sus oportunidades académicas y laborales. Por eso, cada gesto de apoyo, cada palabra de aliento y cada intervención oportuna pueden marcar la diferencia”, afirma el informe más reciente de Bullying Sin Fronteras.
