
En la frontera entre España y Portugal, una modesta estructura de madera se erige como símbolo de unión y cooperación entre ambos países. Conocido como el Puente Internacional de El Marco, este puente peatonal conecta la aldea española de El Marco, en el municipio de La Codosera, provincia de Badajoz, con la localidad portuguesa de Marco, en el municipio de Arronches, distrito de Portalegre.
Con apenas 3,2 metros de longitud y 1,45 metros de ancho, el Puente de El Marco es reconocido como el puente internacional más pequeño del mundo. Su construcción actual data de 2008, cuando fue erigido con fondos comunitarios para reemplazar un paso rudimentario que los residentes locales utilizaban para cruzar el río Abrilongo. Este nuevo puente, aunque de dimensiones modestas, mejoró la comunicación y el tránsito entre las comunidades vecinas.
Históricamente, este paso fronterizo fue testigo de actividades de contrabando, donde productos como tabaco, café, corcho y aceitunas cruzaban de un lado a otro de la frontera. Los habitantes de ambas localidades mantenían un «muelle improvisado» que, tras ser arrastrado por las crecidas del río, era reconstruido constantemente. Con la implementación del Acuerdo de Schengen en 1996, estas actividades ilegales cesaron, y en 2008, el puente fue reconstruido, adoptando la apariencia que presenta hoy en día.
El Puente de El Marco no solo facilita el tránsito peatonal y de bicicletas, también simboliza la estrecha relación cultural y social entre España y Portugal. Cada año, la comunidad local celebra la «Ruta del Contrabandista», un evento cultural que rememora las historias de antaño y fortalece los lazos entre los vecinos de ambos lados de la frontera.
Esta pequeña pero importante estructura es un recordatorio de que, más allá de las fronteras políticas, la colaboración y el entendimiento mutuo pueden construir puentes que unen comunidades y culturas.