
El Puente Internacional de la Amistad, que une Ciudad del Este (Paraguay) con Foz de Iguazú (Brasil), cumple 60 años desde su inauguración el 27 de marzo del 1965. Esta emblemática estructura es el principal motor de la economía de la región, facilitando el comercio y el flujo de personas entre ambos países. Sin embargo, en los últimos años, el incremento exponencial del tráfico hizo del cruce fronterizo en un verdadero calvario para quienes lo transitan diariamente.
Desde sus inicios, el puente es un nexo vital para el comercio de frontera, impulsando el crecimiento de Ciudad del Este, que se consolidó como un importante centro de comercio internacional. A lo largo de las décadas, el flujo vehicular se incrementó de manera drástica, generando colapsos de tráfico que afectan tanto a comerciantes como a turistas.
Un estudio realizado en 2003 reveló que, en una semana promedio, unos 80.703 vehículos cruzaban el puente, con un 46,81% ingresando a Paraguay y un 53,19% saliendo del país. En días pico, el tránsito alcanzaba entre 16.000 y 18.000 automóviles, con un promedio de 1.200 por hora. Sin embargo, una investigación más reciente, realizada en 2024, muestra que la situación empeoró considerablemente: actualmente, entre 35.000 y 45.000 vehículos cruzan diariamente el puente, lo que genera un aumento en los tiempos de espera y el colapso de la infraestructura.

El aumento en el tráfico vehicular trae consigo diversas problemáticas. Los embotellamientos prolongados afectan no solo a conductores y peatones, sino al comercio transfronterizo, que depende de un flujo ágil de mercaderías. Además, la contaminación ambiental se ve incrementada debido a la gran cantidad de vehículos en espera, lo que también repercute en la salud de quienes transitan y trabajan en la zona.
Ante esta situación, diversos sectores plantean soluciones para mitigar el colapso del puente, como la habilitación del Puente de la Integración, entre la misma ciudad brasileña y Presidente Franco, pero que hasta ahora, seguirá esperando. También se sugiere fomentar el uso del transporte público internacional.
CIERRE HISTÓRICO
Durante la pandemia del 2020, el puente permaneció cerrado por varios meses como medida de contención sanitaria. Este cierre tuvo un impacto profundo en la economía de Ciudad del Este, que depende en gran medida del comercio fronterizo. La paralización de las actividades comerciales afectó tanto a grandes importadores como a pequeños comerciantes y trabajadores informales, evidenciando la dependencia económica que la ciudad tiene del tránsito internacional.