El cuestionado rector de la Universidad Nacional del Este, Prof. Dr. Osvaldo de la Cruz Caballero, enfrenta serias acusaciones de nepotismo y mala administración mientras busca su reelección al cargo en 2025. Desde que asumió la rectoría en 2020, Caballero ha sido señalado por estudiantes, docentes y medios de comunicación por prácticas que desnaturalizan el carácter público de la institución y la subordinan a oscuros intereses políticos.
Según denuncias de representantes estudiantiles, Caballero habría tejido alianzas con políticos del Partido Colorado, incluidos miembros del Clan Zacarías Irún y otros referentes locales, ampliamente repudiados por la comunidad educativa. Estas maniobras buscarían garantizar su continuidad en el poder mediante el apoyo de sectores externos, comprometiendo la autonomía de la universidad.
Los estudiantes afirman que han sido presionados para respaldar a candidatos afines al rector en las elecciones del Consejo Superior Universitario, a pesar de sus desacuerdos. “Queremos que se respete nuestro estamento, pero en las reuniones nos coaccionan para apoyar a personas que no representan nuestros intereses”, declaró un representante estudiantil que solicitó anonimato por temor a represalias.
Además, las actividades académicas y administrativas habrían sido alteradas para acomodar agendas políticas. En la Facultad de Ingeniería Agronómica, por ejemplo, se cambió la fecha de graduación para ajustarse a la visita del presidente Santiago Peña y el vicepresidente Pedro Alliana, generando descontento entre los graduados.
NEPOTISMO Y MALA GESTIÓN
Una de las críticas más recurrentes hacia la gestión de Osvaldo de la Cruz Caballero es el nepotismo. Según una investigación publicada por el diario La Nación en febrero de este año, el rector habría utilizado su posición para beneficiar a familiares y allegados mediante contrataciones cuestionables.
Un ejemplo destacado es el de Lidia Galeano López, auditora general del Rectorado, quien comparte vínculos laborales con su hermana Rosa Galeano López, jefa de Contabilidad, y su sobrina Daisy Meza Galeano, perceptora de la institución. Esta estructura familiar controla áreas claves de la administración financiera de la UNE, generando serias dudas sobre la transparencia en la gestión.
Otra controversia gira en torno a Zoraida Caballero Salinas, hija del rector, quien figura como docente de Metodología y Técnica de Investigación en la Facultad de Ciencias Económicas desde 2016, a pesar de ser odontóloga y no contar con experiencia reconocida en investigación. Según documentos, su contratación habría sido facilitada por el propio rector cuando ocupaba el cargo de vicerrector y formaba parte del Consejo Superior Universitario.
DESNATURALIZACIÓN DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA
Estas prácticas, señalan los denunciantes, desvirtúan los fines de la universidad pública, que debería priorizar la excelencia académica y la transparencia administrativa. Caballero, sin embargo, ha defendido las contrataciones afirmando que todas se realizaron mediante concursos públicos, aunque los procesos estarían bajo la supervisión de funcionarios leales a su gestión, lo que pone en duda su imparcialidad.
Mientras avanza su campaña por la reelección, el rector enfrenta un creciente descontento entre estudiantes, docentes y egresados, quienes exigen un cambio de rumbo para devolverle a la UNE su compromiso con la educación superior de calidad y libre de intereses particulares.