El contrabando en la zona de la Triple Frontera ha registrado un notable incremento durante diciembre, principalmente en horario nocturno, con operaciones concentradas en los puertos Tres Fronteras y Península de Presidente Franco. Las actividades ilícitas persisten a pesar del reciente cambio en la Comandancia del Área Naval del Este. Según fuentes confiables, las operaciones están presuntamente dirigidas por Norma Espínola Roa y su esposo Alberto, conocido como «Beto’i», señalados como la «pareja imperial» del contrabando en la región. La pareja habría establecido un sofisticado sistema de transporte bidireccional de mercancías entre Argentina y Paraguay, contando con la evidente protección de efectivos de la Armada Paraguaya.
El esquema opera principalmente durante las noches en dos puntos estratégicos: el puerto de Tres Fronteras y un puerto clandestino en la zona de Península, donde se registra un intenso movimiento de productos básicos como frutas, verduras, azúcar, pollo, huevos y aceite. Las mercaderías ingresadas ilegalmente son posteriormente distribuidas a centros de consumo popular, incluyendo el mercado de abasto municipal de Ciudad del Este.
La situación se ha agravado particularmente desde inicios de diciembre, coincidiendo con el aumento de la demanda por las fiestas de fin de año. Este incremento ocurre a pesar del nombramiento del Capitán de Navío Marcos Adrián Rivas Rojas como nuevo comandante del Área Naval del Este a finales de octubre, quien había prometido combatir estas actividades ilícitas.
IMPACTO LOCAL
El impacto de estas operaciones se extiende más allá de la evasión fiscal, afectando directamente a productores locales que no pueden competir con los precios de los productos contrabandeados. La red de distribución alcanza diversos distritos, incluyendo Hernandarias, Minga Guazú y Presidente Franco.
Las fuentes consultadas indican que la protección a estas actividades incluiría no solo a efectivos de la Armada Paraguaya, sino también a personal de la subcomisaría 10 del barrio Tres Fronteras, evidenciando un entramado de complicidades que dificulta el control efectivo del contrabando en la región.
El nuevo comandante Rivas Rojas enfrenta ahora cuestionamientos similares a los que llevaron a la destitución de su predecesor, el Capitán Pablo Francisco Barros Pereira, quien fue removido del cargo en octubre tras múltiples denuncias de corrupción y negligencia en el control fronterizo.
Mientras tanto, los sectores productivos nacionales continúan exigiendo medidas efectivas para combatir estas prácticas ilegales que socavan la economía local y generan pérdidas millonarias para el Estado paraguayo. La persistencia y el aparente fortalecimiento de estas operaciones durante el período festivo plantean serias dudas sobre la efectividad de los controles fronterizos actuales.