Los médicos y licenciados que trabajan en el área de urgencias del Pabellón de Emergencias Médicas del Hospital Regional de CDE, reclaman porque deben hacerlo en medio de precariedades, sin equipos de protección, sin insumos suficientes, en un ambiente insalubre y sin seguridad, quedando a merced de adictos, delincuentes y parientes de los enfermos que reaccionan en forma violenta. Afirman que el área es “tierra de nadie” y piden una solución.
El reclamo no es nuevo, pero últimamente falta todo en el lugar y los familiares de los enfermos muchas veces no tienen condiciones de comprar los insumos que se requieren, según indicaron desde el lugar. Muchos pacientes quedan en sillas improvisadas o directamente en el piso, porque no hay camillas en ese sector del hospital.
No cuentan con equipos para el drenaje a los pacientes (vaccum), lo que podría generar una infección que puede propagarse entre todos los pacientes y el personal de blanco, por la falta de una higienización adecuada. En muchos casos, los enfermeros, médicos y otros personales hacen “vaquita” para comprar insumos básicos como guantes, jeringas y otros que son de uso frecuente.
“Siempre hubo necesidades, pero nunca estuvimos así en el pabellón. El área de urgencias es vital, porque atendemos todo tipo de casos. Están expuestos los pacientes y nosotros también. Esto se volvió insostenible, porque vemos que los parientes de nuestros internados no tienen condiciones de comprar nada, además lo de la inseguridad es terrible, no podemos dejar nada porque luego ya no encontramos, no hay guardias en el hospital”, indicaron algunos trabajadores de salud.
UN COMPROMISO
La semana pasada el personal de blanco mantuvo una conversación con el director Federico Schrodel, que se comprometió en poner todos los recursos necesarios para insumos, medicamentos y también el rubro para el personal de seguridad. Los médicos y licenciados le reclamaron que no haya gestionado eso con anterioridad, pues los reclamos son permanentes y de larga data.
También le hicieron saber que los jefes del sector tampoco son empáticos al ver cómo trabajan sin insumos y equipos de protección. Por otro lado, los residentes son muchos, pero no tienen ningún poder de decisión, pues necesitan siempre que sus tutores estén al frente.
“Hasta es un acto criminal trabajar así. Ojalá no le toque a algún familiar ser atendidos por residentes que no manejan nada, pero están ahí por desidia de los jefes que deben supervisar, pero ellos no están aprendiendo nada”, se quejó también otro personal de salud.