Tras ser escrachado en los pasillos del Poder Judicial, el exdiputado Carlos Portillo perdió los estribos y no pudo mantener la serenidad que simuló tenerla, al intentar arrebatar el teléfono de la abogada Esther Roa, que en ese momento le estaba filmando y reclamando por haber forzado la prescripción de una causa que tenía pendiente por tráfico de influencia. Visiblemente molesto, el ex parlamentario trató de “gorda” y “estafadora” a su escrachadora, en un burdo intento de defender su “honorabilidad”.
“Sos una gorda. Sos una gorda asquerosa. Además, te voy a decir algo, sos una gran estafadora. La próxima te voy a derramar agua por tu cara, sos una gran estafadora”, replicó Portillo en el momento de ir caminando por los pasillos del Poder Judicial para escabullirse de su escrachadora. Tras este incidente, Roa le hizo saber que lo querellará a Portillo, a lo que este respondió que lo haga, ya que contaba con pruebas contra la misma.
María Esther Roa, autodenominada “activista anticorrupción”, lidera una supuesta “comisión” de escrache ciudadano. Afrontó un proceso por estafa que data del año 1993 y, tras ser admitida la querella en su contra, habría huido hacia Argentina al dictarse su orden de captura, según manifestó la diputada liberal Esmérita Sánchez durante una sesión en la Cámara Baja, realizado en el 2023.
En una publicación del año 2019, realizada en un grupo de Facebook denominado “Ciudadanos Indignados”, Roa fue acusada de supuestamente expedir “cheques voladores” (sin fondos que lo respalden), además de haber estafado a varias personas. Se indicó también, que habría huido del país para evitar pagar a sus acreedores, dato similar a lo denunciado por la legisladora Sánchez en la Cámara de Diputados.
