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Es casi imposible de salvar el peso argentino, afirma economista

Víctor Ocampos, economista y docente universitario.

La devaluación del peso argentino no sólo afecta a los argentinos, en regiones como la Triple Frontera ya interfiere en gran medida en el movimiento comercial de ciudades de países vecinos. Para entender un poco más de esta problemática compartimos un análisis del economista y docente universitario, Víctor Ocampos.

¿Cuáles son las principales razones o factores que causaron la devaluación del peso argentino?

Es una mezcla de política fiscal deficitaria, dificultades para el acceso a los mercados internacionales de crédito debido a su pobre historial crediticio (defaults), política monetaria displicente, y pérdida de confianza de la sociedad sobre la capacidad del gobierno de resolver el problema inflacionario.

Una de las causas es que, debido a las dificultades del gobierno en acceder a los mercados internacionales de crédito, recurrían a la financiación vía banca central para el pago del gasto público. Eso implica que el gobierno entregue un bono (deuda, compromiso de pago a futuro) al Banco Central y a cambio la banca central otorgaba liquidez (dinero) en una cuenta del gobierno o en algún banco comercial para que pueda pagar sus compromisos. Entonces, a medida que el gasto público aumenta, mayor la necesidad de endeudarse, y por ende, mayor la inyección de liquidez en el sistema.

¿Cuál es la diferencia entre “depreciación” y “devaluación”?

Una depreciación es cuando ocurren oscilaciones cambiarias debido al juego de oferta y demanda del mercado de divisas, es decir, cuando un país posee un sistema de cambios flexible o flotante. Pero casi todos los países usan un sistema mixto de flotante y cambio fijo, por eso es que en el caso del peso argentino hablamos de devaluación. A medida que los argentinos demandan dólares (ofrecen pesos), el peso se deprecia, se gesta el “cambio Blue”, pero, mantener ese cambio relativamente fijo por parte del gobierno implica utilizar sus reservas internacionales.

¿Cuáles son los efectos de esta devaluación en la región?

Entre los efectos regionales se observan el flujo de paraguayos y brasileños a las ciudades fronterizas con Argentina, ya sea para compra de combustible, bebidas, comer en los restaurantes argentinos, viajes de ocio a rincones del país vecino, etc. En estos casos, siempre en efectivo, ya que las tarjetas de crédito usan el cambio oficial más caro. Para Ciudad Del Este, la merma significativa de turistas argentinos.

En un espectro más amplio, existe un flujo de inversionistas argentinos hacia el Paraguay, que buscan de alguna manera proteger sus activos en una economía más estable. Ese flujo no logra ser aprovechado en una mayor medida debido a las dificultades burocráticas que implica introducir legalmente el dinero de los argentinos al sistema financiero nacional.

¿Cuál es el impacto esperado en el turismo de compras en la región debido a la devaluación del peso argentino?

La devaluación del peso se manifiesta en la casi ausencia de compradores argentinos y la dificultad que las casas de cambio o los comercios dejen de aceptar pesos, aunque algunos productos como neumáticos o celulares sigan siendo más baraton comprar en Paraguay, dado que para Argentina importar productos resulta sumamente cara debido a la devaluación.

¿Qué medidas puede tomar el gobierno para mitigar los efectos negativos de la devaluación en la población?

En mi opinión, resulta ya casi imposible salvar al peso, debido a que ese intento resultaría demasiado costoso políticamente hablando. Reducir abrupta e intensamente el gasto público, intervenir en el mercado de divisas (cepo), dar señales serias desde el gobierno de que se quiere realmente frenar la inflación y disciplinar el gasto público, puede transmitir una señal a los mercados que se traduzca en confianza y respaldo de éstos al gobierno en su intento de estabilizar su moneda, ya sin que recupere su valor de antaño. Pero la reducción del gasto público podrá desencadenar un estallido social que pocos están dispuestos a enfrentar. Las otras soluciones sugeridas son la dolarización o la adopción de un sistema bi-monetario, pero ninguna de las sugerencias se salva de la patente posibilidad de inestabilidad social. Es posible que, si se hace paulatinamente, sea más “llevadero” el proceso.

¿Cuáles son los posibles beneficios o perjuicios de la dolarización de la economía argentina en términos de estabilidad económica?

Muchos economistas consideran que una dolarización directa de la economía argentina es imposible actualmente debido a los bajísimos niveles de reservas internacionales que dispone el país. Sin embargo, si logran dolarizar, implicaría que el gobierno eche mano de su política monetaria. Eso implica que ya no podrá utilizar la emisión de liquidez como medio de financiamiento del gasto público. Eso significa que dependerá de su capacidad de recaudación tributaria para pagar el gasto. En el caso argentino, implicará también que solo se podrá financiar en divisas, y para ello deberá trabajar para mejorar su imagen en el mercado crediticio internacional.

En última instancia, si se dolariza, también significa que dependerá del FED, el Banco Central de los Estados Unidos. Por ello, se debe considerar la política fiscal y monetaria de EEUU, así como el nuevo contexto internacional en el que se busca limitar la hegemonía del dólar en el mundo.

¿Cuáles podrían ser los efectos a corto y largo plazo de dolarizar la economía argentina en relación con el comercio internacional?

El efecto a corto plazo de la dolarización sería la mayor estabilidad de precios, eso implica que los agentes podrán realizar proyectos de largo plazo utilizando una unidad monetaria más predecible, pero dependerá de la manera en que se realice el proceso. Dolarizar como dijimos, implica ya no poder recurrir al Banco Central para financiar el gasto público. Eso significa que el Estado necesariamente deberá reducir su gasto, ya sea reduciendo la cantidad de funcionarios, cerrando estamentos públicos inútiles, privatizando empresas públicas, eliminando planes y subsidios, etc. con el respectivo costo político de todo esto. A largo plazo, una mayor estabilidad de precios, y si las cuentas gubernamentales se ajustan, se traducirán en mayor credibilidad en el gobierno y por ende, en toda la economía del país. Para nosotros, es posible que los tiempos de precios bajos en Argentina estén llegando a su fin.

¿Qué ejemplos de países que han implementado la dolarización podrían servir de referencia para entender cómo funcionaría en Argentina?

Por ahora la mayoría de las economías dolarizadas son economías de pequeño porte, como Panamá, El Salvador o Ecuador. A continuación, expongo un gráfico en los que comparé el IPC de Paraguay, Ecuador y Argentina, calculados por la inflación en sus respectivas unidades monetarias, comparados a lo que serían sus precios, pero si utilizaran el oro como unidad monetaria.

 

Cuadro comparativo del IPC de Paraguay, Ecuador y Argentina, calculados por la inflación en sus respectivas unidades monetarias. Fuente: Investigación de Víctor Ocampos.

 

¿Existen alternativas a la dolarización que podrían abordar los desafíos de la devaluación del peso argentino de manera más efectiva?

Existe la adopción del bi-monetarismo (El Salvador y Panamá), o el intento de estabilizar y salvar al peso, ambos casos ya expuestos en las respuestas anteriores. También existe la posibilidad de la libre competencia de monedas, que a la larga derivaría en dolarización. Pero no existe ninguna opción que no exija sacrificios, tanto para el gobierno como para la sociedad argentina en general. Alguien en algún momento tendrá que hacerlo.

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