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Estafa con autos de lujo: funcionarios del Registro de Automotores estarían vinculados

Un mecánico es el único detenido hasta el momento.

Las investigaciones por los casos de estafa con supuestas ventas de autos lujosos que saltó en  los últimos días en el departamento Central y Asunción, indican que funcionarios de la Dirección de Registro de Automotores, dependiente de la Corte Suprema de Justicia, estarían involucrados en el esquema, al igual que escribanos, para lograr las rápidas transferencias de propietarios de vehículos y clonaciones de documentos.

En una entrevista radial, el Crio. Luís López, jefe del Dpto. Contra el Crimen Organizado, explicó que presumen que la estructura también está conformada por escribanos y funcionarios de la Dirección del Registro Automotor, tras el análisis de los documentos incautados en los allanamientos realizados el lunes. La banda está liderada por Augusto Haseitel, quien sería experto en clonaciones de vehículos de alta gama, precisamente, los utilizados para lograr estafar a sus víctimas.

Las documentaciones incautadas cuentan con varios sellos y firmas, por lo que buscan llegar al origen de estos documentos para poder confirmar una de las hipótesis manejadas. “Estamos hablando de escribanos, de funcionarios exclusivamente del Registro Único de Automotores, que son los encargados del proceso de inscripción de las transferencias. Eso es importante y desde las aristas estamos llevando adelante la investigación”, indicó López.

MODUS OPERANDIS

El Crio. López explicó que son tres modus operandis con los que cuenta la estructura. La primera, con la que se llegó a la camioneta incautada el lunes, es la de revender varias veces en poco tiempo un mismo vehículo, sin autorización del dueño, para así poder sumar la mayor cantidad de dinero posible. Los precios de “venta” son inclusive a la mitad del mercado. En todos estos casos hubo escrituras y cédula verde. “Son contratos privados firmados por terceras o cuartas personas, que en algunas partes el supuesto vendedor no tiene conocimiento, personas fantasmas”, detalló.

En algunos casos, el propio Haisetel era quien convencía al comprador de probar el  vehículo por 24 horas y luego devolver para finiquitar las documentaciones, realizando una entrega importante de dinero. Posteriormente, ya no había respuestas de los mensajes o llamadas.

Otro modo de estafa era la de retirar un vehículo de alguna concesionaria, pagar uno o dos meses de las cuotas y luego, una vez vendida a la víctima, se dejaba de cumplir con los pagos. La empresa accionaba judicialmente y el comprador terminaba sin el rodado y el dinero perdido.

El último modo utilizado era el de vender los vehículos con chasis adulterado,  pero una vez descubierto por los compradores ya no tenían respuestas y los estafadores simplemente desaparecían, quedándose con el dinero recibido como parte de pago.

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