El local donde un extranjero fue “desplumado” es denominado Cell House”. Funciona en el subsuelo del Shopping NASA del microcentro de Ciudad del Este. Este negocio pertenecería a un conocido estafador identificado como Germán Caballero, alias “Pireca”, quien supuestamente maneja todo el esquema y cuenta con la protección de decenas de policías e incluso de fiscales, además de funcionarios municipales.
Sin embargo, si bien se ejecutó el procedimiento que consistió apenas en solicitar datos a la administración del shopping, existen fuertes versiones que el agente fiscal estaría adoptando el mismo modus operandi de su antecesor Edgar Torales, que en cada denuncia entorpecía la investigación porque supuestamente formaba parte del esquema, al igual que los jefes de la Comisaría 1ra y de la Policía Turística.
La complicidad, principalmente de los policías con los pseudos comerciantes, hace que las estafas en el microcentro vayan cobrando fuerza y ahuyenten a los compradores. A los uniformados, se suman los fiscales que literalmente nunca han condenado ni ordenado detención alguna de los principales cabecillas.
Existen nombres muy conocidos en el microcentro y que son calificados como “patrones”, pues poseen fortunas que no podrían demostrar su origen, pero que no son investigados como corresponde. Además de “Pireca”, existe otro identificado como Javier, con el alias de “Norteñito”, quienes no actúan a nombre propio sino de prestanombres. De acuerdo con los datos, ambos montan locales con fachadas de negocios y utilizan exclusivamente para embaucar a los turistas, ofreciendo mercaderías que no poseen en stock. Como principal método para engatusar al “cliente”, ofrecen productos a precios muy inferiores al valor del mercado. También utilizan como método de pago el sistema PIX del Brasil, de modo a que el hecho no constituya como delito en Paraguay. En este último caso, realizan las ventas principalmente por internet y colocan números que van cambiando frecuentemente.
Además, siempre con base a las reiteradas denuncias, ofrecen hasta armas. En caso de concretar la venta, entregan efectivamente el arma al extranjero, generalmente de nacionalidad brasileña, que al salir del local es interceptado por policías cómplices que lo despojan nuevamente del arma y de todo el dinero que cuenta para liberarlo y no colocarlo a disposición del Ministerio Público.