Agentes del Departamento contra el Crimen Organizado y el Ministerio Público iniciaron una investigación contra una banda que se dedica a la estafa con supuestas ventas de vehículos lujosos. Solamente en el último mes, la gavilla habría recaudado unos G. 2.000 millones estafando a los incautos. Un único rodado fue “vendido” a varias personas a la vez.
El lunes se realizaron seis allanamientos en las ciudades de Areguá, Luque, San Lorenzo y Capiatá, en busca de documentos, vehículos y del presunto líder de la banda identificado como Augusto Haseitel, a quien califican como una persona “escurridiza”, por lo que aún no pudieron atraparlo.
El comisario Luís López, jefe del Dpto. Contra el Crimen Organizado, indicó que la banda vendía un solo vehículo a varias personas a la vez. Al concretar los pagos de la “venta”, en solo 48 horas ya realizaban las transferencias de propiedad sobre los vehículos, falsificando firmas de los propietarios. En Villa Elisa se incautó una camioneta Toyota Hilux, año 2023, que tenía sistema de rastreo satelital que fue desactivado para despistar a las autoridades. Cuatro personas fueron los compradores al mismo tiempo, lo que significó una recaudación de G. 900 millones para la banda.
La camioneta estaba en poder de un mecánico, quien habría comprado por la suma de G. 100 millones, pese a que la cotización del mercado es de US$ 50.000 (G. 365 millones). No descartan que esté involucrado en el esquema y por ese motivo quedó detenido. El vehículo habría sido vendido a Haseitel en varias cuotas, por parte de Alberto Bogado, una de las víctimas del esquema. El hombre relató que la transferencia se realizó en tiempo récord y esto le llamó la atención, por lo que decidió ponerse a cargo de la justicia.
El intendente de Itá, Luís Di Martino, es otra víctima de la estructura, al haber pagado por una camioneta la suma de G. 600 millones, pero nunca recibió el vehículo. El primer contacto se realizó a través del Marketplace de Facebook.
¿CÓMO OPERAN?
En varios casos, los vehículos que vendían poseían documentos o chasis adulterados y, una vez que los clientes se percataban de ello, los sospechosos desaparecían con el dinero o el rodado que habían entregado como parte de pago. Otro sistema que usaban era adquirir vehículos a cuota de concesionarias. Pagaban una o dos cuotas del vehículo y ya lo ponían a la venta. Posteriormente, como los pagos mensuales se dejaban de hacer, la empresa judicializaba el caso y recuperaba el vehículo, quedando el comprador con el perjuicio.
Finalmente, el tercer método era hacer que la víctima pruebe el vehículo, la convencían de cerrar ese mismo día el acuerdo y entregar el dinero, mientras que la entrega del vehículo se tendría que dar supuestamente al día siguiente. Una vez que el comprador les volvía a contactar para retirar el rodado, los sujetos ya no aparecían.