En el mundo laboral actual, la Generación Z, compuesta por aquellos nacidos entre mediados de los años 90 y mediados de la década del 2010, está enfrentando desafíos únicos que están redefiniendo la dinámica laboral tradicional. Este grupo demográfico, caracterizado por su inmersión en la tecnología y su mentalidad progresista, muestra un desinterés creciente en asumir cargos de responsabilidad, tener jefes, cumplir horarios e incluso aprender oficios que se consideran «de bajo nivel».
El titular del Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral, Alfredo Mongelós, explicó que los jóvenes actualmente muestran una marcada aversión hacia la idea de tener un jefe o asumir roles de liderazgo en el lugar de trabajo. Este fenómeno puede atribuirse en parte a la cultura digital y la mentalidad emprendedora que caracteriza a esta generación, que prefiere la autonomía y la flexibilidad en el trabajo sobre la estructura jerárquica tradicional.
“Tenemos un estudio hecho en la coyuntura del Alto Paraná. Nos llamó la atención la falta de liderazgo de los jóvenes, no quieren asumir responsabilidades y tiene que ver con la generación Z, que el joven está muy metido actualmente en el teléfono y las redes sociales”, apuntó Mongelós.
Esto puede dificultar la toma de decisiones efectiva y el desarrollo de equipos cohesionados, lo que a su vez podría afectar el rendimiento y la productividad en el lugar de trabajo. Muestran una falta de interés en cumplir horarios establecidos y se resisten a tener jefes o superiores exigentes.
“Trabajan un mes y luego ya no vuelven sin avisar, y son nómadas laborales que van de oficio en oficio. No quieren tener jefe, no quieren cumplir horarios y requiere trabajar las habilidades blandas”, acotó.
“DE BAJO NIVEL”
Otro inconveniente que se presenta en la actual generación es el desinterés en aprender oficios que se consideran «de bajo nivel», como tecnicaturas en plomería, electricidad, refrigeración y otros, por lo que en el futuro se podría contar con la falta de profesionales en estas áreas, pese a que las remuneraciones son buenas.
“Los empresarios nos piden que formemos a jóvenes en manejo de maquinarias pesadas, calderas, tendido eléctrico, instalaciones, plomerías, pero muchos no quieren formarse en estas áreas porque consideran que son de bajo nivel social y buscan aquellos trabajos donde puedan sentirse más cómodos y que brinde un mejor estatus social”, lamentó Mongelós.
Esto puede generar una escasez de habilidades en sectores como la construcción, la manufactura y los servicios, donde la mano de obra calificada es esencial para el funcionamiento de la economía. La falta de trabajadores capacitados en estos oficios podría llevar a una disminución en la calidad de los servicios prestados y a una mayor dependencia de la importación de mano de obra calificada.
