El mercado inmobiliario en Paraguay crece de forma sostenida en los últimos años, sin embargo, la ausencia de una legislación específica que regule el trabajo de los asesores inmobiliarios genera distorsiones y desconfianza, tanto en los compradores como en los propietarios. Este vacío legal permite la proliferación de asesores independientes que, al trabajar sin un análisis previo del valor real del mercado hace que la propiedad se “queme”. Según Ana Clara Agüero Cremonese, asesora inmobiliaria con experiencia en Ciudad del Este, la falta de regulación está descomponiendo el mercado.
Uno de los principales problemas señalados por Agüero Cremonese es que muchos asesores independientes «queman» las propiedades al ofrecerlas con precios muy inflados, lo que provoca una desconfianza en el mercado. «Muchos propietarios creen que si ofrecen su propiedad a varias personas la van a vender más rápido, pero lo que realmente sucede es que, al ofrecerla más caro y sin una estrategia clara, la propiedad se desgasta y queda ‘quemada’ en el mercado», explica.
Cuando una propiedad se ofrece a un precio excesivo desde el inicio, y luego se reduce considerablemente, se genera la percepción de que el inmueble tiene algún problema oculto. «Generalmente, las propiedades tienen un tiempo de tres meses de visualización como producto nuevo en el mercado, pero si se comienza con un precio demasiado elevado y luego se baja abruptamente, el cliente pierde confianza y piensa que algo está mal», advirtió Agüero Cremonese.
IMPACTO CON LA EXCLUSIVIDAD
El problema se agrava cuando los propietarios deciden no otorgar exclusividad a los asesores inmobiliarios, lo que fragmenta la venta y hace que varias personas ofrezcan el mismo inmueble a precios diferentes. «Esto genera el efecto contrario de lo que los propietarios buscan. En lugar de vender más rápido, la propiedad se devalúa en el mercado», comentó.
Esta situación no solo afecta a los propietarios y compradores, sino que también perjudica a los propios asesores profesionales que trabajan en condiciones más organizadas. «Nos dificulta mucho cuando una propiedad ya pasó por varios intermediarios sin éxito, porque al final, cuando llega a nuestras manos, ya está desgastada y los compradores pierden el interés», afirma.
COMPARACIÓN CON OTROS PAÍSES
A diferencia de países como Brasil, donde el trabajo de los asesores inmobiliarios está regulado y la intervención de un profesional es obligatoria, en Paraguay no existe una normativa que rija esta actividad. Esto deja el mercado en una situación de vulnerabilidad y falta de profesionalización.
«En Brasil, por ejemplo, es obligatorio por ley que todas las transacciones inmobiliarias pasen por un asesor inmobiliario, lo que garantiza transparencia y evita la sobrevaloración o devaluación injustificada de los inmuebles», indicó Agüero. En Paraguay, sin embargo, las operaciones se realizan sin ningún control, lo que permite que muchas personas ofrezcan propiedades sin tener los conocimientos ni las herramientas adecuadas para realizar un trabajo profesional.
URGENCIA DE UNA REGULACIÓN
La falta de una ley que regule el trabajo de los asesores inmobiliarios en Paraguay es vista por muchos como una barrera para la profesionalización del sector y para la confianza en el mercado. «Si tuviéramos una ley que obligue a trabajar con asesores inmobiliarios capacitados y regule las comisiones, evitaríamos muchos de estos problemas. El mercado sería más transparente y los clientes tendrían mayor confianza en las transacciones», aseguró.
Mientras tanto, la competencia desleal y la desorganización en la venta de propiedades afectan la percepción de los compradores y dificultan la labor de los asesores profesionales.