
Una gran polémica se armó entre los gobiernos de Francia y Estados Unidos, ante el reclamo de la devolución de la Estatua de la Libertad, por parte de los europeos. El monumento es uno de los más icónicos del mundo. Ubicada en la isla de la Libertad, en la bahía de Nueva York, su imagen representa la esperanza y la libertad para millones de personas. Sin embargo, pocos conocen la historia detrás de su creación, un relato que entrelaza la amistad entre dos naciones, la ingeniería visionaria y el deseo de conmemorar la independencia.
La idea de la Estatua de la Libertad nació en 1865, cuando el historiador y político francés Édouard René de Laboulaye propuso la creación de un monumento para celebrar el centenario de la independencia de Estados Unidos y, al mismo tiempo, fortalecer los lazos entre Francia y la joven nación americana. Francia, que también luchaba por la democracia en ese período, veía a Estados Unidos como un ejemplo de libertad.
El proyecto tomó forma gracias al talentoso escultor Frédéric Auguste Bartholdi, quien diseñó la colosal estatua inspirándose en la diosa romana Libertas, símbolo de la libertad. La estructura interna, que debía soportar el peso de la gigantesca escultura, fue creada por el ingeniero Gustave Eiffel, el mismo que más tarde construiría la Torre Eiffel.
CONSTRUCCIÓN Y ENSAMBLAJE: UN DESAFÍO TITÁNICO
La estatua, hecha de cobre y hierro, fue construida en Francia en distintas piezas y enviada a Nueva York en 1885, desarmada en 350 partes distribuidas en 214 cajas. Su transporte cruzando el Atlántico fue una hazaña logística.
Mientras tanto, en Estados Unidos, el gobierno y los ciudadanos organizaron una campaña para financiar la construcción del pedestal que sostendría la estatua. Entre las iniciativas más notables, el periódico The New York World, dirigido por Joseph Pulitzer, incentivó a los neoyorquinos a donar dinero, logrando reunir los fondos necesarios.
Finalmente, la estatua fue ensamblada en la isla de la Libertad y fue inaugurada el 28 de octubre de 1886, con una gran ceremonia presidida por el entonces presidente de Estados Unidos, Grover Cleveland.
POLÉMICA POR LA DEVOLUCIÓN DE LA ESTATUA
Recientemente, el monumento volvió a ser objeto de debate luego de que un político francés pidiera que Estados Unidos devuelva la Estatua de la Libertad. El reclamo surge en el contexto de tensiones políticas y diplomáticas entre ambos países, y plantea una discusión sobre la propiedad y el significado de los regalos históricos.
Si bien la petición no fue tomada en serio por el gobierno estadounidense, generó un intenso debate en redes sociales y en los medios de comunicación. Para muchos, la estatua es un símbolo universal de la libertad y no debería verse como una simple posesión nacional. Otros argumentan que, dado que fue un regalo de Francia en el siglo XIX, la solicitud de devolución carece de fundamento.