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Hay mucho más desidia que atacar en el IPS

Lo novedoso ha sido la puesta en público por propios referentes nacionales del Instituto de Previsión Social, de la desidia penosamente repetida en el Instituto de Previsión Social de Presidente Franco. Sin embargo, lo que no es nuevo es la constante en los demás centros de atención médica de la previsional.

Se sigue brindando servicios mediocres y con despropósitos, como un verdadero atropello a los asegurados que no encuentran modificación integral a sus padecimientos, siendo que son los que solventan la existencia de la previsional.

Estas penurias que asegurados experimentan se dan totalmente por desinterés  de médicos y referentes de los locales de previsión social. Muchos jefes solo se amoldan a la desidia tradicional, al menos hasta ser expuesto.

Todos saben de las faltas o necesidades materiales de insumos médicos básicos, así como los requisitos para la medicina especializada. Lo que sí también se carece es de capacidad de gestión de quienes fungen de directores, que se adaptan a lo poco y no les afecta el dolor y muerte de pacientes.

Avaladores de muertes y dolor de personas, no precisamente pueden ser considerados buenos referentes.

Muchas de las muertes ocurren por la inacción de los encargados de salud, que no toman medidas ante repetidas denuncias de mala praxis de sus médicos o irresponsabilidades en el manejo de enfermos.

Las muestras dadas por referentes del IPS de la zona tienen característica plenas de total desinterés con el reiterado reclamo de los asegurados, pero con buenas notas de comunicadores con los que “hay que estar bien”.

Si hay quejas de asegurados, significa que se repite mediocres gestiones.

Si los IPS habilitados en los municipios no precisamente ofrecen salud integral, ¿de qué mejorías de puede hablar?

Es una abominación que pese a descuentos compulsivos en haberes de trabajadores, se los obligue a conformarse con malos tratos o malas praxis.

En innúmeras ocasiones se repite lo mencionado más arriba, por lo que es irrefutable.

Los pacientes son los patrones reales, desatenderlos es una burla.

La instrucción universitaria, los títulos, no sacan la falta de educación en el trato con sus verdaderos patrones, y la falta de empatía muestra valores de alma.

Muchos grandes médicos del IPS ni siquiera se dignan en cumplir horarios y abandonan puestos, dejando certezas de que las personas que padecen dolencias no importan, solo cobrar salarios. Todo esto en las narices de directivos.

El sacrificio de personas que deben aguardar horas por la misericordia de los profesionales para buscar alivio a sus males, no sirve.

La falta de interés casi siempre ha sido el problema principal en salud previsional y pública.

En los centros asistenciales predomina la insensibilidad de los referentes, no siendo un hecho contemporáneo, sino de antaño. Capaz alguna excepción no percibida habrá existido.

El sentido humano fundamental está lejos en el actuar de los encargados, por lo que si no se cambia está deficiencia personal, nada variará, pese a enojos de superiores.

Todo director, jefe y personal de blanco que ni siquiera atine a mejorar servicios, asume inutilidades profesionales.

El IPS debe dejar de ser sinónimo de impotencia, por lo que sus encargados deben evitar solo calentar sillas y comenzar a cumplir con labores de control, gestión y juramentos.

Los que son planilleros mediante el aporte obrero-patronal, independientemente a estetoscopios y batas, son sucios corruptos.

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