Desde hace 11 años, el Hogar Infantil Santa Elena (HISE) se ofrece una morada digna y segura a decenas de menores víctimas de algún tipo de abuso o violencia, dentro de su entorno familiar. Reciben una atención completa que, además de cubrir sus necesidades básicas, les ayuda a sanar heridas y superar traumas.
En la actualidad, el hogar alberga a unos 60 menores desde los tres meses de vida hasta la mayoría de edad. Además de tener un techo seguro, reciben abrigo, educación, alimentación y todo lo requerido para el desarrollo personal de cada uno. Todo esto gracias a la buena voluntad de sus propulsores y la solidaridad de personas que apadrinan este trabajo filantrópico.
Los “tíos y tías” del HISE se dedican a la difícil tarea de acoger a menores víctimas de algún tipo de violencia, buscando dignificar sus vidas, superando el traumático pasado. María Elena Tindel, directora y fundadora del hogar, comentó que desde el inicio de lo que considera una “misión”, hacen lo posible para que los niños honren sus vidas, ofreciéndoles no solo lo básico, sino que, sobre todo, atención, cariño y amor.
La totalidad de los menores que están en el hogar fueron llevados por disposición judicial, tras sufrir algún tipo de abuso o situación de violencia. Los niños en edad escolar asisten regularmente a la escuela José Asunción Flores, del barrio San José, y también tienen actividades extracurriculares, que les ayudan a canalizar sus males, logrando convivir con los recuerdos tristes a través del arte.
Como si todo esto fuera poco, desde hace algunos años, los chicos que cumplen la mayoría de edad permanecen bajo el cuidado del HISE, sin necesidad de abandonar el hogar ni separarse de sus hermanos. Para ello, cuentan con otro edificio, a la espera de la conclusión de la residencia para jóvenes, que está en construcción, donde siguen recibiendo asistencia completa, además de cursar diversas carreras en la universidad.
