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Huevos de Pascua artesanales ganan espacio frente a las grandes marcas

Los sabores pueden variar según preferencia del cliente.

Los huevos de pascua artesanales ganaron protagonismo en los últimos años, convirtiéndose en una alternativa cada vez más valorada por los consumidores. Lejos de tratarse solo de una moda pasajera, esta preferencia responde a una combinación de factores que incluyen la calidad de los ingredientes, la creatividad en los sabores y presentaciones, y una relación calidad-precio que los pone al nivel de las marcas industriales más reconocidas.

La chef pastelera Rakel Riske, fundadora de la pastelería Maskavo, es una de las referentes que acompaña esta evolución. Con una propuesta enfocada en lo artesanal, la profesional asegura que hoy los emprendedores locales tienen condiciones reales para competir con grandes marcas internacionales.

«El público ya no elige solamente por el nombre de la marca. Está buscando una experiencia diferente, algo que lo conecte con un momento especial. Y eso es justamente lo que puede ofrecer un producto artesanal, siempre que mantenga estándares altos de calidad», explicó.

Con una trayectoria consolidada en el rubro, la chef destaca que el segmento artesanal ya no es sinónimo de producto casero improvisado, sino de una elaboración cuidada, profesional y con identidad propia. Esta visión se traduce en la línea especial de huevos de Pascua trufados que Maskavo lanzó este año, con una estética refinada y una cuidadosa selección de materias primas.

Chef pastelera Rakel Riske, fundadora de la pastelería Maskavo.

SABORES TRADICIONALES E INNOVADORES

Clásicos como el brigadeiro gourmet o tres leches mantienen su vigencia, pero este año los consumidores se inclinan también por experiencias más sofisticadas. «Estamos viendo una fuerte demanda de sabores como el pistacho, que aporta una experiencia más intensa y elegante. Es un ingrediente que no era común en nuestra pastelería hace unos años y que hoy ya es parte de nuestra carta fija para Pascuas», señaló.

Cada huevo de la línea trufada es elaborado a mano, con rellenos cremosos y capas de chocolate cuidadosamente trabajadas. Más allá del sabor, el empaque también forma parte de la propuesta. “Queremos que cada huevo sea más que un dulce: una memoria feliz, un momento especial compartido”, agregó la chef.

Maskavo comercializa sus productos por encargo o directamente en sus locales físicos ubicados en el Paraná Country Club de Hernandarias y en Santa Rita. La demanda, según Riske, crece año tras año, con una clientela que prioriza lo local, valora la atención personalizada y busca alternativas que combinen calidad con un sentido emocional.

La tendencia muestra que los huevos de Pascua artesanales están redefiniendo el mercado en estas fechas. Y detrás de cada propuesta, hay un trabajo minucioso de emprendedores locales que apuestan por la creatividad.

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