Los violentos criminales siguen paseándose con total impunidad por las distintas localidades del Alto Paraná, perpetrando millonarios atracos en perjuicio de farmacias, estaciones de servicios, transportadoras y locales comerciales. Asaltantes armados actúan en cualquier horario en las narices de la Policía Nacional, que no puede hacer frente al flagelo debido a la precariedad y falta de preparación.
Las bandas armadas al parecer tienen el visto bueno para operar, porque a pesar que los uniformados cuentan con informaciones de inteligencia de un plan de asalto, ni siquiera se inmutan en buscar la forma de parar a los delincuentes. La desesperante inseguridad sigue imparable al inicio del 2024, afectando a la clase trabajadora que esta desprotegida y a merced de las organizaciones criminales.
NUEVO ATRACO EN LA ZONA
El lunes a la tarde cuatro bandidos fuertemente armados, algunos con uniformes similares a los agentes de Investigación de Delitos, tomaron por asalto la distribuidora de ropas “Encanto de mujer”, ubicada en el barrio Don Bosco. La gavilla rindió a clientes, funcionarios y a la propietaria para alzarse con G. 20 millones. Las imágenes del circuito cerrado de la distribuidora muestran como actuaron los marginales que circulaban en un automóvil Toyota IST blanco, quienes descendieron portando escopetas y un fusil. Aparte del dinero, también se apoderaron de tres aparatos celulares, dos tablet y dos notebooks.
A pesar de la inmediata reacción de la Policía Nacional, la banda logró escapar dejando nuevamente en ridículo a los uniformados.
NEGRA ESTADÍSTICA
El 2023 fue bastante negro para las empresas transportadoras, que fueron acechadas por las organizaciones criminales y sufrieron al menos una veintena de atracos. Las gavillas armadas se alzaron con mercaderías por valor de US$ 5 millones de un shopping céntrico, ante la ante mirada de los organismos de seguridad. En otros asaltos tomaron de rehén a funcionarios e hirieron a los trabajadores para logar sus objetivos.
La ola imparable de asaltos y robos deja al Alto Paraná como el segundo departamento más violento del país.