
Marcos Antonio Cabral González, de 23 años, está postrado en cama desde el 28 de enero pasado, cuando sufrió un accidente de tránsito en el Km 14 Acaray de Minga Guazú. Hasta el momento no logró que el involucrado en el percance se haga cargo de los costosos gastos que tiene para su tratamiento. Según dijeron sus familiares, el hecho ocurrió cuando retornaba de una peluquería.
La madre Elisa González, en medio de su desesperación por la cantidad de gastos que tienen, recurrió a los medios de comunicación, porque no encuentra respuesta de Miguel Ángel Cuenca, de 52 años, quien estaba al mando de un automóvil cuando realizó un giro a la izquierda y embistió a Marcos, que se dirigía a su casa a bordo de una motocicleta.
La mujer contó que estuvieron dos días en el Hospital Regional de CDE y luego fueron trasladados al Hospital de Traumas de Asunción. El automovilista solamente les entregó G. 500 mil y se comprometió en entregar otros G. 10 millones para cubrir los gastos médicos del joven, pero nunca cumplió. La madre del joven accidentado añadió que Cuenca ya no atiende las llamadas y que su esposa alegó que están buscando el dinero.
UN LARGO Y COSTOSO TRATAMIENTO
Lamentablemente, la familia es de muy escasos recursos y el tratamiento de Marcos Antonio será prolongado y costoso. El joven debe hacer sesiones de fisioterapia dos veces al día, pero por las condiciones económicas, lo hace solo una vez al día, a un costo reducido de parte de una vecina que es profesional del rubro.
“Mi hijo no siente, no tiene movilidad de la cintura para abajo, tiene una lesión severa en la cervical y el médico nos dijo que si con la fisioterapia que debe hacerse por un año no responde, el ya quedará así de por vida. Estamos sobreviviendo, costeando los gastos de pañales, fisioterapeuta y otros con la ayuda de los vecinos, quienes hacen pollada, rifas y otras actividades para juntar fondos”, explicó la madre.
Para el próximo 25 de abril, Marcos Antonio tiene una consulta con los médicos del Hospital de Traumas de Asunción, pero debido a los gastos de su tratamiento no están en condiciones de solventar el traslado, que debe hacerse en una ambulancia. La mamá utiliza el número telefónico (0982) 780-259, donde las personas de buen corazón pueden contactar para acercar cualquier aporte.
El joven requiere además de una silla de ruedas basculante o multiposicionable, atendiendo a su condición de muy escasa movilidad. La silla tiene un costo superior a los G. 3 millones, dinero que la familia no dispone, ya que su madre es ama de casa y su padre trabaja como guardia de seguridad en horario nocturno.
La desconsolada madre pide que Cuenca cumpla con su compromiso, porque de la efectividad del tratamiento depende la recuperación del joven.
EN EL MINISTERIO PÚBLICO
La familia también lamentó la casi nula acción del Ministerio Público, donde los funcionarios le indicaron que deben contratar un abogado para que la causa “se mueva”. Según doña Elisa, le dijeron claramente que la carpeta quedará en el montón si ellos no cuentan con un asesor legal, cuando que los fiscales fueron asignados para ser representantes de la sociedad.