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Joven tuvo un gesto de honestidad y empatía con mujer que perdió el celular en el súper

Momento de la entrega del celular encontrado por Riki en el estacionamiento de un supermercado.

En un mundo donde a menudo se escucha hablar de inseguridad, desconfianza y falta de empatía, la historia de Riki Mendoza se valora enormemente por su honestidad. Fue al supermercado y en el estacionamiento encontró un teléfono celular, publicó y localizó a la dueña, a quien devolvió el móvil sin esperar nada a cambio. Su acto desinteresado nos recuerda la importancia de los valores en la sociedad.

El domingo es para disfrutar en familia y acudir al supermercado para hacer las compras forma parte de las actividades dominicales. Es justamente en ese sitio donde una mujer extravió su celular, pero recién se percató del hecho al llegar a su casa. Contactó al número y del otro lado ya le esperaban para hacer entrega del móvil, sin pedir nada a cambio. Acciones que se valoran en estos días, ya que escasean los valores.

Ocurrió ayer en el estacionamiento de un supermercado en la ciudad del Pdte. Franco. Al descender del vehículo, Riki Mendoza encontró en el suelo un teléfono celular y miró alrededor por si aún estuviera su titular. Como no había nadie buscando o preguntando, tomó el aparato que estaba encendido e ingresó al establecimiento con su familia, atento a alguna llamada.

“Yo dije que seguro enseguida van a llamar, esa era mi esperanza. Por la educación recibida, en momento alguno pensé en quedarme con el aparato. Terminamos la compra como en 30 minutos y nada. Fuimos a casa, ‘sí o sí van a llamar’ yo pensaba, llegamos y aún nadie entraba en contacto, entonces le dije a mi señora, haré foto del celular para subir en el Facebook, para que me ayuden a localizar a la persona que lo extravió”.

NO PIDIÓ NADA A CAMBIO

En menos de una hora, recibió la llamada del hijo de la titular del celular. Riki indicó que les esperaba para la entrega. “Me dijo el celular es de mi mamá, anotó mi contacto y le pasé la ubicación para que pueda pasar a buscar”.

El teléfono contaba con la imagen de la dueña en la pantalla, por lo que rápidamente confirmó que era suyo. “Llegaron junto a nosotros, le pregunté si era su celular, la foto coincidía con ella y muy feliz se puso la señora, estaba muy agradecida. La satisfacción era de ambos. Me ofreció un monto, al menos para el combustible, por el gesto que tuve y le dije que no, ‘dejá nomás’, solo hacía lo que corresponde” le dije.

La dueña del móvil no llegó a ver la publicación. “Nosotros no sabíamos de eso, llamamos al celular, pasó la ubicación y teníamos miedo que nos lleven a otro lugar para robarnos más”.

EDUCACIÓN

Riki recordó la importancia de la buena educación que nos acompaña de por vida. “Esto es por la educación que tuve, mis padres me enseñaron a ser siempre honesto, no tocar lo ajeno y son cosas que hoy día ya hay poco, justo al llegar me dijo la señora, ‘Oiti la gente ijonesta’, a lo que le contesté ‘oiti, pero sa’íma’ y nos reíamos de felicidad.  Muy contenta se quedó”.

Su buen ejemplo ya es un testimonio para su hijo. “En la vida, nosotros no vamos a llevar nada cuando partamos, quedarán las buenas huellas, esas son las cosas que realmente quedan, entonces hay que hacer el bien, siempre. Ojalá que si se me pierde algo, también me devuelvan”.

Agregó que Dios ve todo lo que hacemos y a partir de all, recibimos lo que merecemos. “Existe un Dios que ve todo, capaz el que se apropia de algo, cree que nadie le vio en el lugar de los hechos, pero Dios ve todo lo que hacemos, si hacés algo malo, eso no te va a durar, vas a caer, tendrá sus consecuencias y si haces bien tu camino, Dios también ve y te va a recompensar por todo lo bueno, Dios es justo, da lo que corresponde”.

“TENÍAMOS MIEDO”

La dueña del celular extraviado, Blanca Rosa Cáceres, contó que al percatarse que extravió el celular, lo primero que pensó fue que ya perdió, es decir, que no había posibilidad de recuperar, pero cuando llamaron y hubo respuesta, se quedaron helados. “Yo dije, ‘este ya perdí’, sin esperanza yo estaba, pero mi hijo dijo vamos a llamar. Cuando llamamos y nos respondió un extraño, ‘ya perdí’, decía yo, pero allí nos pasó la ubicación para ir a buscar, juro que nos quedamos helados. Esto no suele pasar”.

En ese momento, el temor se apoderó de Blanca, ya contaba con la dirección para ir por su celular, pero pensaba que podían ser víctimas de un hecho delictivo. “Yo tenía miedo, nos pasó la ubicación para ir, yo pensaba ‘y si es para asaltarnos?’, con miedo nos fuimos, que tal si nos llevan a un lugar y nos roban más, yo pensaba todo eso. Uno ya no tiene más confianza, estas buenas acciones ya nos marcan de por vida”.

Ocurre que Blanca y su familia no habían visto la publicación por las redes, porque de ser así, no existiría toda esa incertidumbre. “No vimos la publicación, eso después recién nosotros llegamos a ver. Nosotros fuimos así a ciegas, sin saber quién era la persona que tenía el celular. Fui con mi marido, salió el señor, yo llevé un poquito de dinero, por ahí si quería dinero a cambio, la verdad muy poco lo que yo tenía, ‘este lo que puedo darte le dije al señor’, enseguida me dijo, ‘no, no señora’. Muy amablemente, nos atendió”.

“Yo ya había perdido la fe por la humanidad, esto es algo único”, dijo muy feliz y agradecida la mujer.

Quedó sorprendida y dijo que no ocurrió lo mismo con su marido, quien extravió hace 15 días su celular en el centro de CDE. “La verdad muy feliz, de mi marido rápido le llevaron, dejó en un banco, a una cuadra de distancia de donde dejó llamamos y ya habían apagado. Anoté el número del señor Riki y de su señora, son personas únicas les dije. Aún existen personas así honestas y quiero ser amiga de ellos, es difícil encontrar gente así. No da gusto quedar sin el celular, perdés las fotos de la familia y comprar otro no se puede hasta que haya un poco de dinero”.

En estos tiempos, gestos como este no pasan desapercibidos. “Estoy muy agradecida con el Sr. Riki, por todo el tiempo que se tomó, sin esperar nada, es una persona excepcional. Yo por ejemplo, ya perdí la fe por la humanidad suelo decir, vivimos con temores, con desconfianza y encontrar gente con valores es único”.

VALORES

Este acto de honestidad no solo resalta la bondad inherente en las personas, sino que también plantea una reflexión sobre los valores que queremos fomentar en nuestra comunidad. En un momento en que las noticias suelen centrarse en lo negativo, historias como estas nos recuerdan que la empatía y la integridad todavía tienen lugar en nuestra sociedad.

Es un ejemplo inspirador de cómo pequeños actos pueden tener un gran impacto. No todo está perdido, es fundamental recordar que cada uno de nosotros tiene el poder de hacer la diferencia, simplemente eligiendo actuar con honestidad y empatía.

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