Es importante el análisis periódico de conductas de quienes se encuentran en esferas del poder y compararlos con sus promesas cuando imploraban respaldo popular. Si bien la memoria no es lo mejor del paraguayo, ponerla en práctica ayudará a discernir.
Y puntualmente pareciera que hay una generalización de amnesia en quienes tienen el mango del poder, ya sea en representaciones y en el mismo ejecutivo comunal.
¿Qué acciones han protagonizados los otrora cuestionadores profesionales de Gobiernos, estando desde hace un par de años en posición de tomar decisiones desde la Junta Municipal y la intendencia? ¿Hubo conducta concordante con los intereses ciudadanos de los ayer manifestantes con pintatas, carteles, afiches y cánticos? ¿Se está en nivel distinto a quienes tanto criticaban? Sin animadversión alguna, todas las preguntas tienen única respuesta, debido a la concordante hipocresía de los impolutos de ayer.
La inconducta de los dirigentes de ese tiempo no se diferencia en nada con los anteriores, por lo que habría que plantearse la necesidad de aplicar la misma medicina a nefastos personajes que juraron diferencias, pero hacen más de lo mismo en materia delincuencial.
Calles en estado deplorable, deudas con salarios de funcionarios, pésimos servicios públicos, no quedaron en la historia, por el contrario, se acrecentaron. Esto sin incluir que se adquirió con dinero del contribuyente, una planta asfáltica que debería haber funcionado desde el año pasado, pero que sigue solo en los papeles lo de “asfaltado de 1 km por día”.
Innúmeras denuncias por malos manejos del dinero público, tampoco son cosas del pasado o solo atribuible a colorados. El Clan Prieto recorrió por la misma senda de la corrupción y la mediocridad institucional para bien general. ¿Las chicanas ante la Justicia no eran acaso herramienta de culpables? La amnesia de los transparentes es tan severa que olvidan que se rasgaban las vestiduras por acciones que hoy ponen en práctica el intendente y sus perros falderos.
Tener como máximo logro de gestiones institucionales la compra, con dinero de contribuyentes, de colectivos, por el que el usuario debe pagar por usufructuarlo, es un chiste que solo puede ser aplaudido por carentes de yodo. ¿Cuál es el beneficio y utilidad real para el esteño? Levantar arbolitos con materiales reciclables, tampoco es gratis, y es solventado del bolsillo del pueblo. Auto felicitarse por organizar festivales pagados con dinero comunitario y encima cobrar para que ingresen lo verdaderos financistas, es un absurdo que ni siquiera los anteriores malos administradores plantearon.
Los ayer abanderados de reclamos por prebendarismo, la desidia de administraciones, la falta de oportunidad para los jóvenes, la falta de respuestas a los problemas sociales y todo cuanto hace a las reales situaciones del país y la ciudad, pasó a ser nada más, en compañía de sus colegas en el ejemplo perfecto de la doblez en su máxima expresión.
Lejos de lo que pregonaban cuando estaban fuera del poder, hoy se determinan dentro de la comodidad corrupta, con fuerte soberbia y utilizando influencias para todo tipo de regalías inmerecidas.
La incoherencia llega a los límites más lamentables de quienes tanto hablaron y al final de cuentas se desenvuelven dentro de los mismos parámetros que ayer nada más eran de los malos.
La falta de vergüenza no puede pasar desapercibida por la ciudadanía, pues al final siempre es la afectada. Solo tener apellido y partido político diferentes, no convierte a nadie en buen gestor, solo en manipulador de baja calaña.