El reciente anuncio de la Policía Nacional sobre la intención de grupos criminales de asestar un golpe de gran impacto en Alto Paraná ha generado preocupación y alerta en la ciudadanía. Este tipo de advertencias pone de manifiesto los desafíos que enfrenta todo el Paraguay en la lucha contra el crimen organizado, especialmente en zonas estratégicas como la capital departamental, donde la actividad delictiva ha tenido históricamente una presencia significativa.
Es crucial que las autoridades tomen este aviso con la seriedad que merece y actúen con celeridad para evitar que se repitan experiencias trágicas como la ocurrida en 2017 en Ciudad del Este, cuando un grupo criminal ejecutó un ataque de gran envergadura que dejó una huella imborrable en la seguridad del país. Y se pueden ir citando otras acciones de alta monda en lo delincuencial, como la de los topos que vaciaron cajas fuertes de cambistas.
Los recuerdos de esas jornadas deben servir como un empujón en la necesidad imperiosa de una respuesta coordinada y efectiva por parte de las fuerzas de seguridad.
La clave para evitar que un hecho similar vuelva a ocurrir reside en la capacidad de la Policía Nacional y otras agencias de seguridad de trabajar de manera proactiva y con inteligencia. Es fundamental que se fortalezcan las medidas de prevención, se incremente la vigilancia y se optimice el uso de la información disponible para anticipar los movimientos de estos grupos criminales.
La colaboración internacional y la cooperación con otros países de la región juegan un papel decisivo en el combate al crimen transnacional que opera en la zona, pues los grupos de esta laya no conocen de fronteras.
El anuncio debe ser visto como una oportunidad para demostrar que se han aprendido lecciones del pasado y que, con una estrategia bien articulada, se puede garantizar la seguridad y tranquilidad de los habitantes de Alto Paraná y de todo el país.
La capacidad de las autoridades para actuar con firmeza y eficacia en estos momentos es decisiva para evitar que el crimen organizado logre sus objetivos y por sobre todo reafirmar la autoridad del Estado en la lucha contra la criminalidad.
La inteligencia policial es un pilar fundamental en la prevención de delitos. Su valor radica en su capacidad para anticipar, identificar y neutralizar amenazas antes de que estas se materialicen, especialmente frente al auge de organizaciones criminales de gran impacto en el país.
Esta debe ser una herramienta esencial para evitar que estos grupos criminales tomen ciudades enteras.
Si la inteligencia policial es aplicada de manera efectiva y sistemática, no solo se previenen los delitos, sino que se fortalece la seguridad nacional, se protege a la ciudadanía y se envía un mensaje contundente a las organizaciones criminales: sus acciones no prosperarán. Por lo tanto, es imperativo que se inviertan recursos adecuados y se fortalezcan las capacidades de los cuerpos policiales en este ámbito, asegurando que puedan actuar con la anticipación y precisión necesarias para contrarrestar cualquier amenaza a la paz y la seguridad en Paraguay.
