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Las investigaciones de varios asaltos no avanzan y bandidos siguen libres

A casi un mes los nueve delincuentes que integran una gavilla continúan sin ser identificados.

Los investigadores al parecer no encuentran pistas de la gavilla que se enfrentó a balazos con el guardia de seguridad  de un depósito de perfumes ubicado en el barrio Don Bosco, quien evitó que los bandidos ingresen al local para apoderarse de una millonaria carga. Los delincuentes tuvieron que huir, dejando abandonado un camión en el portón de la empresa. Esa misma noche fue detenido como sospechoso Juan Carlos Pereira Franco (22), que fue encontrado por policías en una zona oscura con un chaleco táctico y una motocicleta que llevaba a su lado.  Hasta el momento es el único delincuente sindicado de participar en el intento de asalto detenido. Pasaron varios días y los encargados de la pesquisas se llamaron a un rotundo silencio, demostrando su inutilidad para esclarecer el hecho.

A este caso también  se suma  un violento asalto ocurrido  en el Mercado de Abasto de Ciudad del Este, en la madrugada del pasado domingo, donde cinco delincuentes inicialmente rindieron al guardia ciudadano que custodiaba la cuadra, a quien lo tomaron de rehén y lo introdujeron a un automóvil para luego dirigirse al local comercial denominado Araucaria, de donde robaron G. 40 millones tras rendir a un segundo custodio.

Los falsos policías que asaltaron la distribuidora Apolo siguen prófugos, a pesar que el local cuenta con circuito cerrado.

OTRO ASALTO SIN RESOLVER

En Minga Guazú,  cinco criminales simularon ser agentes policiales para engañar al guardia de seguridad y poder ingresar al interior de la distribuidora Apolo Import, donde se alzaron con viáticos que se encontraban en sobres guardados en una caja fuerte.

Los presuntos policías descendieron del rodado, uno a cara descubierta y los otros cuatro con pasamontañas, manifestando a los guardias Celso Centurión Morán (54) y Herminio Duarte González (46), que dos desconocidos habrían huido de ellos y entrado en el patio de la empresa. Cuando los custodios  abrieron el portón, los falsos policías dieron voz de asalto y los despojaron  de sus armas, un revólver y una escopeta. También se apoderaron de un aparato celular y documentos.

Los bandidos revolvieron las oficinas administrativas y violentaron una caja fuerte para apoderarse  de dos sobres que contenían dinero, uno con G. 4 millones que serían destinados al pago de viáticos de los empleados que realizan repartos, y el  otro con unos G. 70 millones que eran de la recaudación de un funcionarios, según datos extra oficiales.

Los violentos hechos quedaron desapercibidos para los agentes de investigación de delitos, que ni siquiera lograron llegar a identificar a los sospechosos. Incluso manifestaron que no divulgarán las imágenes del circuito cerrado por razones investigativas.

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